Las semanas siguientes al nacimiento de Noelle, Elle como la llamaba su familia, fueron de cambios que todos sabían que llegarían. Poco a poco se acostumbraron a los horarios de la bebé a pesar del cansancio y las horas de sueño reducidas. Elle se despertaba cada hora para ser alimentada y entre Elliot y Emma, quien estaba empeñada en ayudar, hacían que botara los gases. De los cambios de pañal la joven morena no quiso saber nada al respecto y les dejó la tarea a sus padres.
Luego de dos semanas la ayuda extra de Olivia se había ido. Elliot estuvo las veinticuatro horas del día al lado de su prometida y su bebé todo ese tiempo pero tenía que regresar al trabajo, y Emma retomar sus prácticas en Chelsea Piers por lo que ya no estaba en casa temprano. Al principio la morena creyó que se le dificultaría todo después de casi dieciséis años, y ahí estaba, con una rutina mejorada para ambas. Su tiempo estaba compartido entre su pequeña hija y el mantenimiento de la casa, aunque ciertos días y horas los dedicaba a hacer ejercicio para recuperar su estado físico.
La primera salida de la bebé a la calle fue al mes de nacida. Su visita al doctor estuvo llena de buenas noticias así que decidieron darle su primer paseo en el parque. Noelle era una bebé sana y con un peso ideal.
Para Olivia y Emma otoño era la mejor estación del año, la amaban y ansiaban que la bebé también lo hiciera. Los árboles se teñían con hermosos tonos de amarillo, naranjas, rojos y cobre. El clima seguía siendo fresco y no necesitaban estar muy abrigados fuera, por lo que la bebé tenía puesto un lindo monito manga larga color palo rosa, un pantalón blanco con estampado de flores y una gran diadema con lazo en su cabecita que la hacía lucir tan tierna. La respectiva foto al grupo de la familia fue enviada antes de empezar a caminar por Central Park.
—Me hubiera encantado decorar con ustedes una calabaza —dijo Elliot mirando fascinado cada una de ellas a lo largo del camino. A su mente llegaron recuerdos de él y sus hijos tallando las calabazas más grandes que podían comprar para decorar el jardín delantero de su casa. Tantas risas y alegrías traían esa simple actividad a ellos.
—Si que se toman en serio Halloween aquí, eh —comentó Emma caminando al lado de su madre—. Un amante de las calabazas aquí. Nuevo dato, papá.
—¡Deberíamos hacerlo hoy! —dijo Olivia con entusiasmo. Sabía que la mirada de nostalgia que Elliot tenía en su rostro tenía que ver con Emma y con todo lo que no pudo hacer con ella así que era una oportunidad de crear un recuerdo que ella quitó—. Todavía tenemos tiempo de decorar la casa. Leo y Amelia nos visitaran en Halloween por unas horas para mostrarnos sus disfraces y me gustaría que vieran la casa acorde a las festividades.
—Elle se ha estado adaptando a la casa y nosotros a ella y a su rutina de despertarnos varias veces a lo largo de la noche... así que no sugerí la idea porque están agotados.
—¿Te gusta la idea, entonces?
—¡Claro que sí! Sabes que amo las decoraciones.
—¿Elliot?
—Podemos hacer las compras después de almuerzo —sonrió feliz de poder compartir una festividad más con su nueva familia.
Emma se trasladó al lado de Elliot y le dio una de sus miradas. Se colgó de su brazo con una sonrisita que la catalogaron como la "lluvia antes de la tormenta".
—Eso me recuerda...
—¿Preguntarás por tu cumpleaños y todo lo que ya dijimos que tenemos comprado?
—No. Ya entendí que va a ser una fiesta hermosa, sencilla, con pocos invitados y que todo saldrá bien, como lo tengo pensado.
—¿Qué recordó esa cabecita tuya? —preguntó Elliot pasando un brazo por sus hombros y acercándola.
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Sacrificio de Amor
FanfictionOlivia Benson regresa a su ciudad natal, New York, después de pasar los últimos 15 años de su vida lejos de ahí. Su hija adolescente de 14 años no estaba de acuerdo con mudarse pero no podía hacer nada al respecto ya que si quería conservar su placa...