—¿Te... él te...
—No. No lo hizo pero por un momento quise que lo hiciera conmigo y no a todas las que violó delante de mí... no pude hacer nada por ellas —se quebró al recordar todo. Hace años había tenido que ir a terapia. Lo había superado con el pasar del tiempo y el amor de su hija pero ahora todo había regresado a su mente—, hizo que mirara...
—Shhhh... estás aquí, conmigo y estas bien —la abrazó lo más fuerte que pudo y besó su cabellos—. No va a volver a pasar. Daría mi vida porque no hubiera pasado.
—No podemos retroceder el tiempo pero me gusta como suena eso —susurró aferrada a su camisa, no había ni un centímetro de distancia entre ellos—. Gracias.
—El amor no se agradece, Liv.
Ella se estremeció y se alejó un poco sólo para mirarlo a los ojos. Sus ojos le decían que era verdad y su corazón estaba de acuerdo con ella... pero su cabeza... Él bajó su mirada a sus labios. Estaba ahí a centímetros de distancia, ¿cómo resistirse a besarla? Su mirada iba de sus ojos a sus labios. Poco a poco fue acortando esa maldita distancia que los separaba y la besó. Lento. Tierno. Con amor. Brindándose paz mutuamente, esa que solo encontraban en besos, caricias, incluso miradas.
Se separaron para tomar aire unos segundos para poder reanudar con esa conexión única que sentían al besarse. Era algo que no podían manejar. No era algo que pudieran decidir. Sus labios eran como imanes, se atraían.
—Tenemos que continuar con nuestro trabajo —dijo Liv muy bajito sin alejarlo, todo lo contrario, se abrazó más a él.
—Lo sé —aspiró su aroma y volvió a besar su sien—. ¿Vas a estar bien?
Ella asintió.
—Sabes que estoy aquí para ti.
No sabía cómo responder a eso o si tenía que hacerlo. Por su cabeza siempre pasaban miles de preguntas con respecto a él. ¿En realidad estaba ahí para ella? ¿En realidad existía esa magia que ella sentía? ¿Era real lo que él decía que sentía? Tenía que empezar a confiar si quería seguir adelante pero el pasado no la dejaba.
Respiró profundo y terminó el abrazo. Él tomó su mano cuando se empezaba a alejar.
—Siempre estaré para ti, Liv.
—Algún día podré olvidar y ser feliz —acarició su mejilla.
Ambos cerraron los ojos. ¿Era acaso una promesa de amor? No estaban seguros pero lo mejor era tomarlo como eso. Una promesa de que algún día podrán ser felices, juntos.
Ingresaron a la unidad en completo silencio. Regresaban a la triste realidad. O mejor dicho, a estrellarse con la triste realidad.
—Ell, te estaba esperando —dijo Megan acercándose a ellos. Olivia se tensó, su actitud relajada cambió al instante y se apartó sin mirarlos.
—¿Pasó algo? —preguntó Elliot siguiendo a Liv con la mirada. "Si esta celosa. No se lo puede negar ni ella misma." pensó y sonrió un poco.
—Tengo el informe completo de Victor Bennett para que puedan seguir con toda la documentación del caso —contestó con una gran sonrisa—. También quiero hablar con él cuando despierte, si lo hace y con las víctimas.
—Eso lo decide la Capitana —la buscó con la mirada, estaba hablando con Fin y Amanda en su escritorio—, pero si es lo que quieres hablaré con ella.
—Gracias —puso su mano encima de su brazo, dándole una caricia.
—Póngase a trabajar que hay mucho por hacer —ordenó Liv caminando a su oficina—. Nadie se va hasta que no tenga toda la documentación del caso sobre mi escritorio.
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Sacrificio de Amor
Fiksi PenggemarOlivia Benson regresa a su ciudad natal, New York, después de pasar los últimos 15 años de su vida lejos de ahí. Su hija adolescente de 14 años no estaba de acuerdo con mudarse pero no podía hacer nada al respecto ya que si quería conservar su placa...