Capítulo 50

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Casi dos semanas después la bomba había sido soltada. Dodds estaba bajo juicio por intento de violación a Olivia. Varias mujeres que trabajaron para él se habían decidido a denunciarlo también y en uno de los casos había llegado a violación así que estaba perdido. Lo destituyeron del cargo apenas Alex presentó su caso. Elliot había terminado su suspensión y habían acordado con los jefes, gracias a la intervención de Olivia, que no fuera a su registro. Los jefes pusieron como requisito que se extendieran unas semanas más sus terapias de control de la ira porque no les convenía que el Teniente de la unidad sea catalogado como violento por lo que Megan Hunt seguía en sus vidas. El caso de Cooper estaba cerrado y tanto hijo como padre estaban esperando la condena ya que habían sido declarados culpables. Haden estaba encargándose de todos los casos que surgían en Víctimas Especiales como Alex lo había dispuesto hace más de un mes lo que hacía que viera a Olivia más seguido. La relación que tenían iba muy bien siempre y cuando Elliot no se interpusiera y mantuviera su distancia con Liv lo cual seguía haciendo por su enojo.

Por fin había llegado el viernes, el día del cumpleaños de Emma. La joven había estado hablando de eso por más de una semana. Estaba tan emocionada que su madre podía asegurar que era más feliz por la fiesta que darían que cuando ganó su primera medalla de oro por su participación en una competencia de gimnasia.

—Feliz cumpleaños a ti. Feliz cumpleaños a ti —Liv empezó a cantar después de entrar por segunda vez a la habitación de Emma con un cupcake que llevaba una velita encendida y dos globos de números formando un 15 inflados con helio. Antes, ya había dejado muchos globos rosas y plateados también inflados con helio junto a varias fundas de regalos en una esquina de la cama. Por suerte su hija no se despertaba fácilmente y podía darle ese tipo de sorpresas—. Feliz cumpleaños mi princesa. Feliz cumpleaños a ti. Anda pide un deseo.

—Te amo mucho aunque me despiertes a esta hora —sonrió Emma restregando un poco sus ojos para ver bien su sorpresa. Cerró los ojos, pidió el deseo y sopló su velita. "Ojalá tuviera un papá que entrara con ella a cantarme" pensó luego de examinar toda su habitación y lanzarse a los brazos de su madre, ella era espectacular pero no podía negar que quería un papá con todas sus fuerzas.

—Te amo más, cariño —dejó en la mesita de noche el cupcake y soltó los globos de números—. ¿Quieres dormir o abrir tus regalos?

—¡Abrir los regalos!

Liv rió. La sonrisa en el rostro de su hija era la que la hizo salir adelante siempre. Desde que la tuvo entre sus brazos supo que el amor verdadero existía y que su tan sola existencia la haría feliz el resto de su vida.

Estuvieron hablando un par de horas más en las que Emma se la pasó interrogando a su madre sobre en qué momento había comprado todo y dónde lo había dejado. Olivia había tenido algo de ayuda de Alex y todo lo habían dejado en su oficina de casa ya que su hija no entraba para nada, era un lugar al que casi no entraban ninguna de las dos. La joven estaba agotada y se quedó dormida, abrazando a su madre. Ella veló su sueño hasta que la venció el cansancio.

Al día siguiente llegó una rubia bastante emocionada con muchos regalos para su sobrina y por supuesto con un bolso en el que llevaba ropa adecuada para la ajetreada tarde que les tocaba tener para terminar con la decoración del lugar. Habían contratado a una persona para eso pero querían ayudar con los últimos detalles para que saliera todo como la joven se lo imaginaba. Desayunaron las tres juntas y cada una se fue a seguir su día por su lado. Olivia a la estación sólo hasta el medio día, Alex al juzgado del cual saldría un poco antes para ayudar a terminar los arreglos del subterráneo y Emma al colegio.

—¿Puedo pasar? —preguntó Elliot apoyado en el marco de la puerta, fuera de la oficina de su Capitana.

—Sí, pasa —levantó la mirada un segundo y continuó guardando sus cosas para irse. Desde que él había retomado su trabajo mantenían la distancia, ninguno de los dos quería dar el brazo a torcer y ambos se sentían dolidos por la última pelea que tuvieron—. Dime pero por favor que sea rápido porque tengo que salir lo antes posible —añadió sonriendo un poco pero al recordar la insistencia de su hija para que fuera a recogerla a casa ya que había llegado del colegio a alistarse para salir de compras.

Sacrificio de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora