Casi a las 2 de la mañana Elliot se estacionó frente al edificio donde vivía Olivia. Quería llevarla a su casa pero sabía que no era el momento, no si quería hacer las cosas bien con ella, no si quería que supiera que lo que pasa entre ambos era real y no sólo atracción física y sexo.
—Hubiera querido que esta noche fuera eterna —sonrió—, pero ya tendremos más noches como ésta. Lo prometo.
—Ya —suspiró.
—¿Pensaste en qué cupón usarás mañana o el domingo o el lunes?
Rió.
—¿Se te fue de nuevo la paciencia, Stabler?
—Es muy difícil cuando lo quiero todo contigo —contestó seguro y ella sintió como su cuerpo se erizaba ante eso.
—Ya es muy tarde. Tengo que irme...
—Para mi desgracia.
—Gracias por tu saco —susurró y respiró profundo queriendo dejar su aroma en su sistema por lo menos ese fin de semana que no lo vería.
—Prometo ser paciente.
—No prometas lo que no puedes cumplir —abrió la puerta del auto y antes de bajar lo miró—. Nos vemos. En serio la pase muy bien. Gracias.
Bajó del auto y caminó hacia su edificio.
"Si se gira a verme es porque le intereso más de lo que ella cree." se dijo. "Vamos Liv. Mírame. Sólo una mirada más. Vamos." rogaba en su cabeza y ella lo hizo. Se giró a verlo antes de ingresar y le regaló una de sus sonrisas.
—Te amo —susurraron los dos a la vez, sin mirarse, confesándolo al aire.
Olivia llegó a su departamento y todas las luces estaban apagadas. Para no despertar a nadie decidió llegar a su habitación con la linterna de su celular. Mientras buscaba la aplicación caminaba lento por la sala para no tropezarse con algún mueble. La linterna de otro celular se encendió y ella dio un pequeño grito que calló con su mano.
—Deberías estar durmiendo —reclamó muy bajito.
—¿Cómo crees que iba a dormir mientras cenabas con tu enamorado fantasma? —preguntó imitando su tono de voz y Liv puso los ojos en blanco—. ¿Hiciste algo más que cenar, no? Son las dos de la mañana.
—¡Alexandra!
—¡Shhhh! Vas a despertarla.
—¿Ella también estaba esperándome?
—No. Se durmió temprano y...
—Nosotras deberíamos hacer lo mismo —interrumpió.
—No, no, no. Claro que no —elevó sus manos en el aire dejando ver su inconformidad—. Me vas a contar qué hiciste con él durante estas casi 5 horas.
—Tenemos que despertar temprano mañana —se cruzó de brazos. Seguían hablando en media sala tan sólo con la linterna del celular de la rubia encendida—. Vamos a dormir.
—No voy a dormir si no me cuentas —entrecerró sus ojos al verla y la alumbró con su celular.
—Alex.
—Alex nada. ¿Hacemos pijamada y me cuentas todo? —hizo pucheros y Liv rió.
—Ok. Empiezo a creer que tú eres la responsable de que mi hija haga esas caras y ojitos cuando quiere algo.
La cama de Olivia era muy grande por lo que apenas ingresaron a la habitación, Alex se lanzó del lado del que sabía que su amiga no dormía mientras ella se iba al baño a cambiar de ropa. Salió muy rápido del baño y se encontró con la mirada interrogante de su amiga.
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Sacrificio de Amor
Fiksi PenggemarOlivia Benson regresa a su ciudad natal, New York, después de pasar los últimos 15 años de su vida lejos de ahí. Su hija adolescente de 14 años no estaba de acuerdo con mudarse pero no podía hacer nada al respecto ya que si quería conservar su placa...