Capítulo 6

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- Así que llevabas más de siete años en Barcelona y has venido aquí por tus padres ¿no? - Recapituló Amelia mientras daba un sorbo al café.

- Eso es, mi tía Clara acababa de abrir la peluquería y necesitaba alguien que le echara una mano. 

- ¿Y Lola? Tu hermana ¿no podía?

- No, ella estaba haciendo el doctorado de biología en la universidad y no tenía tiempo.

- Y luego nació Nico. - Añadió Amelia.

- Sí, y como Lola estaba sola pues decidí alargar mi estancia y ayudarle con el bebé. - Amelia asintió.

- Pero  ¿y su marido?

- Él no para de trabajar, casi no tiene tiempo y además viaja mucho. No podía dejar sola a mi hermana.

- Sola, sola... estaba tu tía también ¿no?

- Sí, pero con la peluquería, las niñas y el divorcio, no podía estar para ella.

- ¿Y tú?.

- Yo ¿qué?

- ¿Tú si podías estar para ella?

.- Claro, por eso me quedé, porque podía. - Contestó sonriente.

- ¿E hiciste algo? ¿estudiaste? ¿trabajaste?

- No, no tenía tiempo entre mi sobrino, mis primas etc. Trabajaba en la peluquería de mi tía y poco más pero era muy divertido, hablaba con los clientes, no sé, me sentía un poco psicóloga. Todo el mundo venía y me contaba su vida. Me lo pasaba bien - Se justificó ante una atenta Amelia que asentía con cada frase.

- Imagino, sí.  

Hubo una pequeña pausa entre las dos que se miraron entre sorbo y sorbo de café.

- ¿Y tú? - Rompió el silencio Luisita.

- Yo ¿qué?

- Ha sido increíble lo que has hecho con mi hermano.

- Tampoco he hecho nada del otro mundo.

- Has conseguido calmarle, eso no lo puede hacer todo el mundo.

- Créeme es más fácil de lo que parece.

- No sé, yo no he sabido reaccionar. - Respondió un poco avergonzada.

- Bueno, es normal, es tu hermano, te pusiste nerviosa.

- Pero por eso mismo, es mi hermano y no supe reaccionar. - Dudó unos instantes. - ¿Qué le pasa?

- ¿A tu hermano?

- ¡Claro! ¡A quién va a ser! - Ironizó con una sonrisa. Amelia no pudo evitar sentirse un poco tonta,  pero supo esconderlo tras una  tímida risa.

- Tu hermano tiene  alexitimia. No sabe identificar las emociones, le cuesta gestionarlas. Siente cosas pero no sabe por qué son ni qué son. No entiende sus reacciones emocionales y ese le frustra. Por eso, a veces le dan ataques de ansiedad o incluso puede tener bloqueos emocionales, también le impide entender a los demás, lo que sienten y por eso le cuesta tanto relacionarse con la gente.  Si no entiende sus  propias emociones como para entender las de los demás.

- Eso es... ¿Es por nuestra culpa? ¿Algo que hemos hecho mal? - Preguntó con miedo.

- No, para nada, Luisita, - Amelia acarició su mano - probablemente haya sido por un desorden en el aprendizaje emocional, los  síntomas de Ciriaco no están muy agravados pero no sé ¿eh? Habría que hacerle pruebas, descartar causas biológicas y demás para poder hacer un diagnóstico correcto.

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