Hacía tiempo que no dormía tan bien. Aquella canción no solo removió todos sus sentidos si no que consiguió apaciguar a todos los monstruos, consiguiendo ese momento de calma donde el sueño siempre acaba venciendo.
Despertó con una sonrisa en la cara y con la sensación de sentirse reconfortada, la primera persona que apareció en su cabeza fue Amelia, quiso llamarla pero le pareció excesivo, habían estado hablando prácticamente toda la noche.
LUISITA [9:09]
Buenos días Amelia, ¿qué tal estás hoy?
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AMELIA [9:10]
Buenos días Luisi, bien ¿y tú?
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En cuanto leyó el mensaje, una inmensa sonrisa se dibujó en su rostro, cómo era posible que un simple mensaje pudiese provocarle tantas emociones.
Desde que habían oficializado la relación sentían que ésta era más real, que aquel sueño que vivieron en Cádiz se había hecho realidad llenándolas de una inmensa calma que les permitía sentir la ilusión del amor como si fuese la primera vez, como si, por fin, estuviesen viviendo ese inicio que tanto le gustaba a Luisita, por fin, sentía que todo iría bien.
- Hola Luisita ¿Cómo estás? - Preguntó Lola entrando por la puerta con los ojeras más marcadas que el día anterior y con el cabello sin peinar.
- Hola Lola - La examinó de arriba a abajo. - pues parece que mejor que tú. ¿Y Nico?
- Se ha despertado varias veces esta noche. - Contestó dejándose caer agotada en la silla de al lado de la cama.
- Dile que Amelia está bien.
- ¿Amelia?
- Sí, Amelia, mi novia.
- Ya sé que es tu novia, no me lo tienes que decir cada dos por tres.
- Es para que te acostumbres porque no lo va a dejar de ser y bueno... - titubeó. - me gustaría que al menos le dieras una oportunidad.
- No es el momento de dar oportunidades. - Se frotó los ojos.
- ¿Qué te pasa, Lola? - Preguntó seria.
La actitud de su hermana comenzaba a preocuparle.
- Qué me va a pasar... Estoy al límite, Luisita, al límite y se suponía que tú venías aquí a ayudar y mírate.. - Contestó con la voz rota, las emociones de todos aquellos días estaban empezando a afectarle.
- No estoy así porque quiera - Respondió a la defensiva.
- Ya lo sé, no lo digo por eso, si no que no es justo.
- Nunca nada es justo, eso lo sabes desde hace años, no entiendo por qué vas ahora de víctima.
- No estoy yendo de víctima solo que no puedo más. - Se tapó los ojos con ambas manos mientras suspiraba.
- ¿Y Roberto? - Preguntó con cautela, sabía que algo pasaba entre ellos.
Lola alzó la cabeza y miró a su hermana a los ojos, poco a poco, su mirada comenzó a adquirir un brillo que Luisita conocía demasiado bien, sin decir de nada, la rubia estiró la mano y Lola la agarró.
- Sabe lo de Nico ¿no? - Afirmó Luisita.
Lola asintió con un ligero gesto.
- Lo siento.

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Kintsugi
RomansEl kintsugi es la práctica de reparar fracturas de la cerámica con barniz o resina espolvoreada con oro. Plantea que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto y deben mostrarse en lugar de ocultarse. Amelia y Luisita tendrá...