Se despertó con varios mechones rubios en sus ojos, Luisita estaba tumbada encima de su pecho con el cabello desperdigado por su cara, uno de sus brazos se encontraba debajo de la espalda desnuda de la rubia que estaba hecha un ovillo a su lado, intentó sacarlo de ahí, pero lo único que consiguió fue que Luisita se acercase más ella. Con la mano que tenía libre, agarró el lateral de la sábana y tiró hasta cubrir el cuerpo de Luisita y parte del suyo, después apartó los cabellos rubios de sus ojos y besó la frente de Luisita.
- Otro. - Dijo Luisita en un susurro casi inaudible.
Amelia sonrío ante la petición y le dio otro beso.
- Otro. - Volvió a pedir con un tono más infantil.
La morena volvió a darle otro beso.
- Otro. - Se acurrucó en el cuerpo de Amelia.
- ¿Otro?
Luisita asintió mientras se abrazaba a Amelia y le daba un beso en el cuello. La morena aprovechó que estaba medio despierta para liberar su brazo, agarrar la carita de Luisita y besarla en los labios.
- ¿Me puedes despertar así todos los días?
- Claro, cuando te quedes a dormir.
- ¿En serio?
- ¡Crees que me cuesta besarte! - Contestó sarcástica.
- No lo sé, como siempre me pides permiso. - Tonteó
- Porque soy una mujer educada.- Le sacó la lengua.
- ¡Qué boba eres! - Luisita se incorporó un poco y le devolvió el beso. - ¿Qué quieres desayunar? - Le preguntó mientras se levantaba.
- ¿Qué haces? - Amelia agarró a Luisita de la mano y tiró de ella devolviéndola a la cama. - Hoy te hago yo el desayuno.
- Bueno, sí - Se resistió - Después del día que tuviste ayer.
- Pues por eso mismo, tuve un día de mierda y tú estuviste conmigo, que mínimo que hacerte yo el desayuno para agradecértelo y que además estás en mi casa.
- Anoche ya me lo agradeciste bastante. - Dijo de forma juguetona.
- Eso no cuenta .- La rebatió mientras le daba un beso y se iba a la cocina. - En quince minutos te espero en el salón.
- A sus órdenes.
En cuanto desapareció tras la puerta, Luisita cogió una de las almohadas y ahogó un gritito de emoción en ella. Se sentía como una niña.
- Maldita Amelia - Olisqueó la almohada - hasta sus sábanas huelen a vainilla. No puedo con ella. - Susurró para sí.
****
Tras ducharse y ponerse una camiseta de Amelia con su pantalón, se fue al salón donde Amelia ya tenía todo preparado.
- ¡Qué buena pinta tiene todo! ¡Y cuántas cosas!
- Espero que te guste, se me han quemado un poco las tostadas. - Contestó apurada.
- Ni te preocupes. - Vio una carpeta de cartulina roja encima de la mesa - ¿Y esto?
- Es el informe de una niña, Natalia quiere que le eche un vistazo.
- ¿Para que lleves tú el caso? - Dijo emocionada.
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Kintsugi
RomansaEl kintsugi es la práctica de reparar fracturas de la cerámica con barniz o resina espolvoreada con oro. Plantea que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto y deben mostrarse en lugar de ocultarse. Amelia y Luisita tendrá...