Capítulo 66

2.3K 371 54
                                        

Se despidieron de sus hermanos y se marcharon sin más dilación. Amelia estaba demasiado nerviosa. Hacía tiempo que Luisita no la veía así.

- Amelia, no te preocupes, ya verás que no será nada. Intenta respirar, hacer una de tus técnicas.

- ¿Qué querrá? ¿ Le habrá pasado algo?

- No tiene porqué, si ha ido a Madrid es porque ella estará bien ¿no? - Intentaba consolarla aunque sentía que no estaba siendo de mucha ayuda.

- Joder, Luisi, creí que esto estaba ya cerrado, todo lo de mis padres, lo de Zaragoza.

- Amelia, es tu familia y la familia siempre vuelve de un modo u otro. 

- No quiero que vuelva. - Contestó con congoja.

- Quizá tu madre quiera arreglar las cosas. Me contaste que en Zaragoza viste como ella tuvo varios acercamientos. 

- Ya, pero cuando tuvo que defenderme no hizo nada, dejó que mi padre me echara de casa. No la puedo justificar y que... - Se calló.

- Y que ¿qué? 

Amelia no dijo nada, dejó que su cabeza navegara por los paisajes, que sus ojos se perdieran entre las nubes.

Luisita la miró - ¿En qué estás pensando? ¿Qué ibas a decir?

- Ella me sigue culpando.

- No te culpa es solo que está influenciada por tu padre.

- No, Luisita, me mira con culpabilidad en sus ojos, piensa igual que mi padre. - Contuvo las lágrimas.

- Eso no lo sabes, nunca te ha dicho nada.

 No me ha dicho nada pero me ha tratado como si lo fuese. Los actos hablan a veces más que las palabras. Su silencio duele igual o más que los golpes de mi padre.

Luisita percibió el dolor en sus palabras, todo lo que creía que Amelia había conseguido, esa vida nueva sin ella no era del todo cierto, seguían los monstruos debajo de su cama esperando el momento perfecto para asaltar y ahora estaban expectantes a la señal. 

- ¡Mierda! ¿Quién me llama ahora?

Amelia miró su móvil.

- Es Lola ¿Lo cojo?

- No, no, no sé qué querrá ahora, bueno, sí lo sé. 

Dejaron que el teléfono sonara hasta que Lola se cansó.

- A ver si va a ser importante. - Comentó Amelia tras la cuarta llamada de Lola.

- No, tranquila, Lola es así de insistente.

El móvil volvió a sonar.

- Será mejor que lo cojas, te va a estar llamando todo el rato.

Luisita asintió resignada, Amelia tenía razón,  Lola cuando quería podía ser muy cargante.

- Dime

- ¿Luisita?

- La misma ¿Qué pasa? - En su voz se percibía el hastío. 

- ¿Cuando regresas a Madrid?

- Estoy ya de camino.

- ¡Ay! ¡Qué bien! Que alegría me acabas de dar, entonces esta noche podrás estar aquí ¿no?

Tardó unos segundos en contestar.

- No creo, Lola, igual mañana o en un par de días... - Miró a Amelia que estaba consultando su móvil intentando darle a Luisita un poco de privacidad.

KintsugiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora