-¿Y tus padres? - Preguntó con miedo.
- Mis padres... buena pregunta. - Se quedó pensativa unos segundos. - ¿Sabes si Ciriaco tiene un diario?
- ¿Cómo? - No esperaba que Amelia preguntase por su hermano justo en ese momento. - No tengo ni idea la verdad. Tiene un cuaderno de dibujos, eso sí.
- Revisadlo, mirad a ver si podéis ver algo en él, es raro que ahora casi no hable con todo lo que estaba avanzando.
- Vale, lo miraré.
- Es que mi hermana tenía uno donde lo escribía todo. - Explicó. - Por eso me enteré que sufría acoso y que se quería morir. Nada más abrir su diario, con letras enormes que ocupaban casi toda la hoja, tenía puesto "soy una mierda". Con diez años, Luisita ¿cómo una niña de diez años puede sentirse como una mierda? - Hizo una pausa para mirar a Luisita. - Al final del diario tenían planeado como se iba a suicidar, paso por paso, con varias opciones por si algo salía mal. Lo tenía tan claro, Luisita, si lees lo que ponía, como hablaba de lo cansada que estaba, de la desesperación, del dolor y las vejaciones que sufría en el colegio y nadie hizo nada. Yo no hice nada. - Se echó a llorar.
Luisita no supo qué decir, aquella situación le sobrepasaba. Cuando pensaba en sus hermanos e imaginaba que alguno se quitaba la vida, se le partía el alma. Sus hermanos eran su vida, no era capaz de imaginar el dolor que tenía que estar sintiendo Amelia y mucho menos ese sentimiento de culpa que te machaca día sí y día también, que te va devorando hasta dejarte vacía.
- ¿Por eso dejaste la psicología? - Se atrevió a preguntar Luisita.
- No he podido ejercer desde entonces, tuve algunos casos pero los acabé derivando, no me veía capaz.
Con dificultad Amelia se sentó en el borde de la cama y se quedó mirando hacia la ventana varios segundos pensando en todo lo sucedido, en Luisita, en las horas que eran.
- Aunque me encante estar así contigo, creo que es hora de que nos levantemos y hagamos algo productivo. - Dijo finalmente. - Son las 20:00 de la tarde.
- Las 20:00 ¿ya?
- Y ni hemos comido ni nada y tú tenías hambre, estarás famélica. - Contestó preocupada.
- Famélica... que exagerada, estoy bien - dijo incorporándose. -¿Me puedo duchar?
- Claro - Amelia salió del cuarto para aparecer minutos después con un par de toallas. - Y coge lo que quieras de mi armario.
- Gracias. - Tomó las toallas y entró en el baño.
La morena aprovechó para recoger la habitación y dejarle encima de la cama la ropa doblada y algunas de sus camisetas, sabía que, por mucha confianza que le hubiese dado a Luisita, ella no iba a invadir ni sus armarios ni sus cajones. La nevera era otro tema.
A los quince minutos Luisita salió del baño y vio la cama con toda su ropa, sonrió al ver como Amelia había ordenado todo y como le había colocado una selección de camisetas para que ella eligiese, vio una blanca con una mano dibujando una luna y una frase que decía "dibuja una luna", se la puso junto con sus pantalones vaqueros y aprovechó para consultar su móvil.
MAMÁ NO HAY + Q UNA [20:43]
Hija ¿sigues en casa de Amelia?
LUISITA[20:44]
Sí y seguramente me quede otra vez con ella.
MAMÁ NO HAY + Q UNA[20:44]

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Kintsugi
RomanceEl kintsugi es la práctica de reparar fracturas de la cerámica con barniz o resina espolvoreada con oro. Plantea que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto y deben mostrarse en lugar de ocultarse. Amelia y Luisita tendrá...