La marcha abrupta de Luisita descoló y preocupó a Amelia. Sabía que algo había sucedido, que algo había roto aquel momento y, por alguna extraña razón, tuvo miedo de perderlo todo otra vez.
- ¿Natalia?
- Sí, dime - Respondió al otro lado del teléfono.
- Ya le has dicho a Carlos lo de Marta.
- Sí, está emocionadísimo, cree que vas a ser muy útil para ella, y yo estoy emocionada por ti, Amelia, creo que lo que estás haciendo es un paso enorme.
- Muchas gracias, Natalia. - Hizo una pausa larga que Natalia se encargó de romper.
- Pero pasa algo más ¿no?
- Creo que sí...- Dudó.
- Venga, Amelia, no te preocupes, cuéntame ¿qué ha pasado?
- ¿Crees que te puedes enamorar de alguien y no quererle o que cuando te enamoras el querer viene implícito?
- ¡Vaya pregunta! - Contestó sorprendida. - Pues no lo sé, imagino que depende del concepto que la persona tenga del enamoramiento. Para mí sí que viene implícito el querer con el enamoramiento, pero no sé, chica.
- Ya... para mí también, creo. - Respondió pensativa.
Amelia seguía buscando una explicación a la huida de Luisita. Pensó que igual su "confesión" fue demasiado pronto, que quizá se apresuró.
- ¿Qué ha pasado, Amelia? Porque si me preguntas eso es por algo. ¿Ha pasado algo con Luisita?
- Sí, bueno, es que no sé qué ha pasado. - Hizo una pausa para intentar poner en orden todo lo acontecido. - Estábamos en casa, ha recibido un whatsapp y se ha ido, sin despedirse, sin decirme nada... No sé. A ver, que no me tiene que contar todo lo que le pase, pero pensé que después de todo lo ocurrido tendría la confianza de contarme las cosas.
- Pero ¿no te ha dicho nada de nada?
- No, y encima minutos antes yo básicamente le dije que estaba enamorada de ella.
- Amigaaaa, y ella no te respondió, no te dijo "y yo también" y por eso estás con la cabeza a mil ¿Me equivoco?
- No, bueno, más o menos, tampoco esperaba que me dijera que ella también lo estaba y aunque no me lo dijo me besó. Besar en un contexto así significa algo ¿no? Eso es que hay cierta reciprocidad o ¿no?
- Si te besó malo no es. ¿Seguro que se fue por eso?
- Se fue cuando leyó el mensaje.
- ¿De quién era?
- Imagino que de sus padres, últimamente ha pasado mucho tiempo conmigo y como que ha descuidado a su familia, bueno, así lo piensa ella. Lo que me extraña es que no me haya dicho nada, porque si le hubiese pasado algo a Ciriaco me lo hubiese contado y en general a su familia. Sabe que tengo muy buena relación con ellos y que me preocupo, por eso no entiendo su silencio y su marcha... que sé que no le puedo exigir nada porque no somos nada pero no sé.
- Solo te puedo decir que hables con ella, es la única que te puede sacar de dudas.
- ¿Y si le ha escrito su ex?
- ¿Su ex? - Repitió extrañada.
- Sé que estuvo con una chica, como tres años, y que lo pasó bastante mal , y por eso no me ha dicho nada.
- Por poder, puede ser.
- Yo creo que es eso, y por eso no me ha dicho nada, se ha sentido mal al recibir el mensaje de su ex justo después de que yo le dijera que estaba enamorada de ella. Y por eso se ha ido sin decirme nada.
- No sé qué decirte, Amelia, es que te estás montando una película...
- No, piénsalo, ella y yo nunca hemos tenido exclusividad, podría haber estado hablando con su ex perfectamente y estar conmigo, hablar no tiene por qué significar nada hasta ahora que ha visto que yo me he pillado de verdad.
- Me sigue sin cuadrar aunque ella no te haya dicho nada creo que está igual de enamorada que tú. Estuvo dos días enteros abrazada a ti cuando tuviste tu momento de crisis, cuando te fuiste a Zaragoza estuvo superpendiente y te animo a que volvieras que ella estaría contigo, que vale que las amigas también podemos hacer esas cosas pero sabes que vosotras no sois amigas, nunca lo fuisteis... y bueno que solo hay que ver como te mira.
- Luisita lo hubiese hecho por cualquiera, tiene un corazón que no le cabe en el pecho.
- No creo que se merezca que le quites méritos o que tú te quites méritos, no dudo de su corazón ni de sus ganas de ayudar y de su buen querer, pero como te trata a ti, como te mira, eso solo lo hace contigo. Engáñate si quieres.
- No me engaño, Natalia. - Se le hizo un nudo en la garganta. - Me estoy protegiendo porque le acabo de decir que estoy enamorada de ella cuando eso no me pasaba desde hacia años y se ha ido. Natalia, se ha ido y me ha dejado con el corazón en la mano. - Tragó con dificultad.
- Amelia, cariño. No te anticipes, espérate a ver que te dice ella, lo que haya pasado creo que no tiene nada que ver contigo.
- Pues yo creo que tiene que ver todo conmigo. - Confesó apenada.
A pesar de la conversación con Natalia, Amelia seguía con el corazón encogido, la preocupación por Luisita se mezcló con la inseguridad de haber hecho las cosas mal. Si lo pensaba fríamente sabía que no había hecho nada, pero esa huida de la rubia había despertado en ella todos sus monstruos y ahora tenía que lidiar con ellos sin saber muy bien cómo. No era la primera vez que le pasaba, la ansiedad siempre actuaba así; plantaba semillitas para que cuando apareciese la incertidumbre y la anticipación crecieran convirtiéndose en grandes árboles frondosos que le impedían ver el bosque.
Miró el móvil, no tenía ninguna notificación de Luisita.
AMELIA [14:25]
Hola Luisi,
Solo te escribía para ver cómo estabas, como te has ido así de repente, me he quedado preocupada. ¿Está todo bien? ¿Tu familia? ¿Tú?
Iba a poner "¿nosotras?" pero dudó, dudó porque no sabía si existía un nosotras, si alguna vez había existido o si solo fue una ideación de su cabeza. Si el brillo en los ojos de Luisita o su forma de besarle, había sido todo una ilusión, si su necesidad de querer y de ser querida le había hecho sentir e interpretar gestos y llenarlos de intenciones y sentimientos. Amelia sabía lo que sentía por la rubia, era consciente de todo lo que le provocaba pero ¿Y Luisita?
Odiaba cuando su cabeza se ponía en ese modo, odiaba cuando todo eran pensamientos intrusivos y tenía que ir desmontándolos uno a uno para que no la dañaran. Odiaba tener que pensar cuando no quería, sentir el nudo en el estómago y la falta de aire cuando a otro nivel cognitivo sabía que no tenía motivos, que todo eran miedos infundados, miedos creados por un pasado que estaba dejando atrás.
Odiaba querer a Luisita como la quería y tener que callarse.
LUISITA [15:00]
Amelia, perdona que me fuera así. Sí, está todo bien. No te preocupes.
Recibió la esperada respuesta de Luisita, un mensaje que más que tranquilizarla consiguió todo lo contrario; todo estaba mal.
Dejó el móvil en la mesa, estaba cansada, la tristeza y la ansiedad agotan, se tumbó en la cama, cerró los ojos y deseó quedarse en esa oscuridad, que el tiempo se pasara y olvidar lo que acababa de suceder en su casa.

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Kintsugi
RomanceEl kintsugi es la práctica de reparar fracturas de la cerámica con barniz o resina espolvoreada con oro. Plantea que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto y deben mostrarse en lugar de ocultarse. Amelia y Luisita tendrá...