Capítulo 88

2.1K 323 43
                                    

 - Amor... - Respondió risueña en cuanto vio el rostro de Amelia en la pantalla del móvil.

- Me encanta que me llames amor. - Le confesó la morena un poco avergonzada.

Luisita sonrió ante el comentario.

- Te lo hubiese llamado antes pero no procedía. - Respondió divertida.

- ¿Qué pasa? ¿Qué has esperado a que seamos novias para usar apelativos cariñosos? - Rio

- Puede ser... es que yo no llamo a amor a cualquiera.

- Eso me parece bien, no cualquiera es un amor.

Le dedicó una de aquellas sonrisas que hacían temblar a Luisita que inconscientemente se mordió el labio al verla.

- Estás muy guapa. - Le halagó la rubia.

- Tú sí que estás guapa. 

- ¿Yo? pero si no estoy ni peinada ni nada y encima con este camisón que se me ve todo.

- Pues por eso mismo... - Respondió traviesa mientras arqueaba una ceja.

- Pero Amelia... - Se escandalizó la rubia.

- Bueno, tú me dices apelativos cariñosos y yo comentarios fuera de tono, creo que está bastante bien compensado ¿no

- Visto así... - Le devolvió la sonrisa.

- ¿Cómo estás? 

- Bien, acaba de estar María aquí.

- ¿Y qué tal?

- Muy bien, por lo visto se va a quedar con Nico hasta que le den el alta.

- Pues bien ¿no? 

No vio a Luisita muy alegre con aquella noticia a pesar de que el hecho de que María se quedase en Barcelona significaba un poco  más de libertad para ella a la hora de decidir.

- Sí, sí, claro, una preocupación menos y, por lo visto, Ciriaco va a volver a Madrid en unos días, Elisa se va a Alemania.

- ¡Ay! Pobre, lo va a pasar un poco mal, ya se había acostumbrado a Cádiz, avísame cuando esté aquí y me paso a verle.

- No se puede ser más bonita. - Soltó Luisita tras observarla varios segundos en silencio.

- ¿Por querer ver a tu hermano? - Preguntó entre risas.  

- Sí, por preocuparte por él.

- Bueno, ya sabes que adoro a Ciriaco.

- Le has ayudado mucho, bueno a todos, a mí más que a nadie. 

-  ¡Ah! ¿sí? ¿te he ayudado? No sabía yo eso. - Contestó curiosa.

- Quieres que te lo diga ¿no?

- ¿Por qué callarlo?

- ¿Por vergüenza?

- Las cosas bonitas nunca debería ser silenciadas. 

- Entonces tú nunca deberías estar silenciada. - Se humedeció los labios.

- ¡Qué boba eres! - Respondió nerviosa.

- Es verdad, Amelia, eres lo más bonito de esta vida y de mi vida. Cada vez que pienso que eres mi novia siento como todo mi cuerpo se revoluciona, como si todo mi sistema nervioso se activase y mi corazón comenzase a bombear sangre con apremio para mantener mis constantes vitales y no morir de amor.

KintsugiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora