El tiempo transcurrió rápido como siempre que estaban juntas. Un rayo de luz atravesó la ventana del cuarto de Amelia incidiendo en los ojos de Luisita que había vuelto a pasar la noche ahí. Con bastante sueño Luisita abrió ligeramente los ojos permitiendo que aquella luz la despertase del todo, de manera automática estiró la mano hasta que pudo coger el móvil; eran las 9.30.
-¡Mierda!¡Mierda! - Se levantó y se fue al baño corriendo.
-¿Qué pasa? - Murmuró aún dormida Amelia.
- Que llego tarde, eso pasa. - Contestó desde el baño mientras ponía la ducha.
- ¿Te vas a duchar? - Preguntó la morena.
- Ni si te ocurra entrar, Amelia, por favor te lo pido, que sino llegaré tardísimo y mis padres me echan la bronca y con razón, que llevo casi tres días sin ir a trabajar, por favor. - Suplicó.
- Pero si no he dicho ni hecho nada. - Contestó divertida. - Lo que voy hacer es café para que te puedas tomar uno antes de que te vayas ¿eso puedo hacerlo?
- Eso sí.- Sonrío desde la puerta del baño. - Gracias. - Cerró la puerta mientras Amelia se iba a la cocina a preparar el café.
****
-¡Perdón! ¡Perdón! ¡Perdón! ¡Perdón! - Fue lo primero que dijo nada más entrar en el bar - Sé que llego muy tarde pero es lo compensaré.
Miró alrededor, el bar estaba lleno de gente y solo estaba su abuelo.
- ¿Y mis padres?
- No han llegado todavía, han debido de tener algún problema. - Contestó mientras hacía varios cafés.
- ¿Problema de qué? - Preguntó preocupada.
- No lo sé, charrita, pero ahora no es el momento, ayúdame; la mesa dos quiere dos desayunos de tostada con tomate, los de la cuatro, un croissant y en la seis, una ración de churros.
- Ahora mismo, abuelo. - Luisita se fue a la cocina, se colocó el delantal y comenzó su jornada laboral.
A la hora y media, cuando todo estaba más tranquilo, apareció Manolita refunfuñando.
- ¿Qué pasa, mamá? - Preguntó en cuanto la vio entrar.
- Luisita pero si estás aquí. - Respondió sorprendida.
- ¡Claro! Os dije que hoy vendría.
- Ya, bueno, pero no pensé que... bueno, como últimamente estás tan liada. ¿Y tu padre?
- No ha llegado.
- ¿No ha llegado aún? pero ¿dónde se mete? - Sacó del bolso el móvil y le llamó.
- Pero ¿qué pasa?
- Pues que va a pasar que mira que hora son y aún no hemos ido al mercado a comprar lo de mañana.
- ¿Qué pasa mañana?
- Tenemos un cumpleaños de casi cincuenta persona.
- Pero ¿cómo no me habéis dicho nada?
- ¿Marcelino? ¿Dónde estás? - Manolita comenzó a recorrer el bar recogiendo los vasos y los platos de las mesas. - ¡Qué haces en la academia de baile de Marisol¡ Que tienes que renovar ¿Qué? Sí, sí, renueva el trimestre. No, tranquilo, está aquí Luisita, iré ahora al mercado y compro lo que falta. Vale. Recuerda que mañana tienes la tutoría de Catalina y yo la de Ciriaco. ¡Caramba! Que mañana tengo médico por la mañana. No creo que nos puedan cambiar la tutoría, bueno, luego hablamos, llámame cuando estés de camino.

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Kintsugi
RomanceEl kintsugi es la práctica de reparar fracturas de la cerámica con barniz o resina espolvoreada con oro. Plantea que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto y deben mostrarse en lugar de ocultarse. Amelia y Luisita tendrá...