Amelia estaba de pie, en el centro del cuarto de Luisita, observando todo con detalle, era muy parecido al de Cata y Ciriaco aunque un poco más grande, en el lado de la puerta se encontraba la cama nido de 105cm, enfrente el armario y junto a la ventana, en la otra pared, un escritorio, varias ilustraciones enmarcadas decoraban el cuarto y en la mesa numerosos libros y papeles desperdigados.
- Aquí tienes. - Luisita se acercó y le entregó un pijama amarillo que simulaba a un Minion.
- Menos mal que el amarillo me sienta bien.- Comentó divertida al verlo.
- Todo te sienta bien, Amelia - Soltó acompañada de una sonrisa. - Si me ayudas, saco la otra cama que está debajo.
- No creo que haga falta.
- ¿Por?
- Pues porque creo que en esa cama podemos dormir las dos ¿no? - De pronto se dio cuenta. - ¡Ah! que lo dices por tus padres, porque no podemos dormir juntas.
- ¿Qué? - Le contestó extrañada - No, no por mis padres no, a mis padres les da igual. Son tradicionales pero no tanto, además que para ellos nosotras no estamos juntas, a ver que no quiero decir que estemos juntas, me refiero que ellos no se imaginan que tú y yo... ya sabes... vamos que solo somos amigas. - Consiguió terminar ante la atenta mirada de Amelia.
- En ese caso y si te parece bien, no hace falta sacar la otra cama así también os ahorro un juego de sábanas, que encima que me quedo.
- Encima dices, si te han obligado mis padres. - Sonrío.
- Obligar tampoco ¿eh?
Intercambiaron una mirada cargada de emociones. Iban a volver a compartir cama y aquello les hacía más ilusión de lo que nunca admitirían.
- Bueno, voy a... me voy a poner el pijama. - Dijo tímida la rubia.
Amelia asintió y se giró dándole la espalda para que tuviese algo de privacidad.
- Sí, yo también.
De espaldas comenzaron a desnudarse, se miraban de reojo con miedo a ser descubiertas pero con la sonrisa en los labios y con las ganas en la boca del estómago. Amelia fijó su mirada en la mesa para evitar tentaciones y fue entonces cuando vio el certificado de la PAU y un listado de universidades.
-¿Y esto? - Le mostró el listado.
- Ah... - titubeó - nada, es que estuve revisando papales para tirar.
- Luisita... - Le dijo de forma inquisitiva.
- Es una bobada, Amelia. - Se acercó, le quitó el papel de la mano y lo guardó entre las hojas del primer libro que encontró.
- No es una bobada ¿estás pensando en matricularte?
- No. - Contestó tajante. - Bueno, no sé... puede - dijo con la boca pequeña.
- Pero eso está muy bien, Luisita.
No le contestó, se limitó a mirarla para después meterse en la cama. Amelia la examinó unos segundos antes de acercarse a ella, quizá se había extralimitado, no tenía que haberle dicho nada, pero realmente le parecía muy buena idea que Luisita se plantease ir a la universidad incluso si decidía no ir. El hecho de plantearse un nuevo objetivo le parecía maravilloso aunque para Luisita no fuese así.
- Así que ese es tu lado de la cama. - Preguntó divertida para intentar acabar con aquella tensión que se había generado en cuestión de segundos.

ESTÁS LEYENDO
Kintsugi
RomanceEl kintsugi es la práctica de reparar fracturas de la cerámica con barniz o resina espolvoreada con oro. Plantea que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto y deben mostrarse en lugar de ocultarse. Amelia y Luisita tendrá...