- Amor ¿Cómo ha ido?
Oír como Luisita la llamaba "amor" era de las cosas que más emoción le provocaba, sentía como esas mariposas del estómago reaccionaban ante la voz de su novia y una sonrisa tonta se dibujaba en su rostro logrando que todo lo negativo se desvaneciera por unos segundos; era su mar en calma.
- Mal, Luisi... - Contestó apenada.
- ¿Y eso?
- Hemos acabado en comisaría poniendo una denuncia por desaparición pero no sé si servirá de algo.
- ¡Claro que sí! pero ¿no fuisteis a ver a la abuela?
- Sí, sí que fuimos pero está fatal... la demencia está acabando con ella. Sabía quien era yo pero se pensaba que Marta estaba en el colegio y luego... - Dudó.
- Luego ¿qué?
- Pues que Marta no puede estar con ella.
- ¿Cómo que no puede estar con ella? Tú misma dijiste que si la separaban de ella sería un golpe muy duro para Marta.
- Y lo sigo creyendo pero su abuela no está capacitada cognitivamente para cuidar de su nieta, no sabes como tenía la casa...
- ¿Y qué vas hacer?
- No lo sé, estoy muy perdida, Luisita. - Confesó conteniendo las lágrimas. - No sé cómo ayudar a Marta. Una parte de mí no quiere encontrarla porque no me veo capaz de afrontar su situación y me siento fatal por pensar así, por querer que no aparezca, ¿cómo puedo pensar así? ¿en qué clase de persona me convierte eso? - Dejó escapar un par de lágrimas. - Es que te juro que no sé qué hacer.
- Amor, no tienes porqué sentirte culpable, sabes que Marta está viviendo una situación muy difícil, es el primer caso que coges después de lo de tu hermana, es lógico que tengas miedo y que no quieras afrontar la situación porque crees que no podrás con ella, pero escúchame, claro que podrás, encontrarán a Marta y podrás ayudarla y a su abuela también. Confía.
- ¿Confiar en qué? ¿O en quién? ¿En mí? porque entonces no voy por buen camino.
- Amelia, eres de las mejores psicólogas de España y lo sabes, pasaste y estás pasando por un momento muy delicado pero has sobrevivido a él, has conseguido recomponerte, has vuelto a sonreír, a salir a la calle, volver al trabajo, a sentir pasión por lo que haces, has vuelto a querer a alguien; ese alguien soy yo por si quedaba alguna duda. - dijo divertida logrando hacer reír a la morena. - No dudes de tí, tienes a Natalia que está contigo y no te tienes que hacer cargo tú sola de Marta, tiene una plaza en el Niño Jesús, va a estar con grandes profesionales, solo tienen que encontrarla.
- Ojalá sea así, Luisi, haces que todo sea siempre más sencillo. - Suspiró agradecida. - Te quiero demasiado.
- Nunca es demasiado. - Sonrió.
- ¿Cómo estás tú? ¿Nico? ¿Tu hermana?
- Yo estoy muy bien, espero que me den ya el alta además en una semana le dan el primer ciclo a Nico.
- ¿Sabe algo?
- Sí y no, sabe qué pasa algo pero Lola aún no le ha contado nada. No sabe si decírselo o no. ¿Tú qué piensas?
- Nico tiene cinco años, sabe lo que es estar enfermo. Yo soy partidaria de no mentir a los niños, que le hable del cáncer con palabras simples, que le explique para qué sirve el tratamiento y que él no tiene la culpa.
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Kintsugi
RomanceEl kintsugi es la práctica de reparar fracturas de la cerámica con barniz o resina espolvoreada con oro. Plantea que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto y deben mostrarse en lugar de ocultarse. Amelia y Luisita tendrá...