Ambas asintieron con la cabeza, Amelia cogió aire y entró encabezando al grupo, sin embargo, cuando apenas se habían adentrado más de tres metros, la morena se giró y sin mediar palabra salió del edificio.
Luisita y Natalia intercambiaron varias miradas y se fueron tras ella.
- ¡Amelia! - Gritó la rubia corriendo tras ella.
- ¿Qué pasa? - Preguntó Natalia en cuanto Amelia se detuvo en la acera de enfrente.
Tenía la respiración agitada y los ojos vidriosos.
- ¿Amelia? - Se acercó a ella y la contuvo entre sus brazos antes de que ese torrente de emociones fuera a más.
Natalia inspeccionó la calle y el edificio intentando descubrir que había visto Amelia para reaccionar de aquella forma, sin embargo, todo parecía estar en orden, no distinguió a nadie en particular ni nada fuera de lo común.
- Amelia ¿qué has visto? - Preguntó la pelirroja con dulzura.
Y entonces lo vio, vio aquella estampa en todo su esplendor.
- No me lo puedo creer - Murmuró.
- ¿Qué? - Preguntó Luisita preocupada, recorrió el lugar con la mirada pero no vio nada. - ¿Qué pasa? ¿Qué has visto? - Le dijo a Natalia mientras seguía abrazando a Amelia que poco a poco iba recuperando la respiración.
- No me puede ser - Fue lo único que logró pronunciar Natalia.
- Pero ¿qué pasa? - Insistió Luisita, comenzaba a ponerse nerviosa por aquella falta de información - ¿Qué habéis visto?
- A mi padre - Soltó Amelia mientras se separaba de Luisita sin soltarla de la mano.
- ¿Tu padre?
- Mi padre con una mujer que no es mi madre.
Se fijó en la entrada del edificio y los vio, vio a un hombre que pudo reconocer de alguna foto que le había enseñado Amelia en una ocasión abrazado a una mujer de unos cincuenta años que no era su madre.
- No... - Musitó. - Igual por eso te llamaba tu madre para...
- Para contarme que ¿ya no están juntos? - Completó el pensamiento de la rubia.
- Tiene sentido. - Afirmó Natalia.
- No me lo puedo creer... - Repitió Amelia varias veces observando incrédula aquella imagen de su padre con esa mujer. - ¿Y quién es esa?
- Ni idea... - Contestó Luisita encogiéndose de hombros.
- Es Concha Ferrer. - Informó la pelirroja.
-¿Concha? ¿Concha? - Dijo Amelia más sorprendida aún.
- ¿Con la que habíamos quedado? - Añadió Luisita.
- La Defensora del pueblo.... - Terminó la frase la morena.
- Este giro sí que no me lo esperaba - Confesó Luisita. - ¿Qué hacemos?
- Vamos a esperar a que se vaya mi padre y acudiremos a la cita - Dijo Amelia con entereza, no iba a permitir que aquella sorpresa trastocase todos su planes.
****
La cita con Concha Ferrer fue un desastre, a pesar de los informes, de los múltiples argumentos de Natalia y de Amelia, Concha se mantuve férrea a su decisión, no lo veía de la misma forma que las psicólogas, consideraba que Carmen y su estado de salud era un riesgo para la salud mental de Marta, por ello iba a incapacitar a Carmen y quitarle la custodia.

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Kintsugi
RomanceEl kintsugi es la práctica de reparar fracturas de la cerámica con barniz o resina espolvoreada con oro. Plantea que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto y deben mostrarse en lugar de ocultarse. Amelia y Luisita tendrá...