Capítulo 53

2.2K 330 37
                                        

Solo eran las 7:00 de la mañana y la casa de los Gómez era todo un alboroto. Hoy era la fiesta de fin de curso y todos estaban emocionados y deseosos de unas merecidas vacaciones, además, Marisol y Manolín se habían animado a cantar, en el colegio de los pequeños, un trap que ellos mismos habían compuesto.

- Manolín, llévate el monopatín del salón que al final tenemos un disgusto. - Gritó Manolita mientras servía los desayunos a los más pequeños.

- ¡Padre! ¡Padre! - Gritó varias veces Marcelino sin respuesta, - ¿Ya se ha bajado al bar? 

- Sí, hace como quince minutos. - Respondió Luisita que estaba con Marisol ajustando el vestido que se iba a poner para la actuación.

- ¡Ay! Luisita! ¡Cuidado! que voy a aparecer un muñeco vudú con tanto alfileres.

- Exagerada. - Respondió la rubia divertida.

- ¿A qué hora es lo de la fiesta? - Preguntó Marcelino un tanto despistado.

- A las 17:30. - Respondieron Luisita, Marisol y Manolita a la vez.

- ¡Manolín, el monopatín! ¡No te lo vuelvo a repetir! - Insistió su madre.

- ¡Ya voy! - Se escuchó de lejos.

- Luisita, ¿Hablaste con Lola? - Le preguntó Manolita.

- Sí, hablé con ella ayer, me ha dicho que vaya cuando quiera pero que no tarde, que se tiene que incorporar al trabajo lo antes posible.

- Pero tienes días ¿no? por el ingreso de Nico. -  Comentó Marisol.

- Sí, sí que tiene días pero tiene que ir al laboratorio antes.

- No quiero que te vayas. - Soltó, de pronto, Catalina que no había hablado durante toda la mañana.

"Yo tampoco" pensó Luisita para sus adentros.

- Mi niña, yo también te echaré de menos

El nudo de su interior, el que se creó cuando tomó la decisión de volver a Barcelona, creció un poco más con aquellas palabras.

****

- ¿Cómo estás? - Quiso saber Marina en cuanto tomó asiento en el Asturiano.

- Bien. 

- ¿Solo bien?

- Sí, solo bien.

- ¿Qué te pasa?

Se mantuvo en silencio varios segundos, no quería seguir pensando.

- El otro día ví a Amelia. - Soltó.

- ¿Dónde? ¿Cómo?

- Aquí, imagino que quería ver a mi padre.

- ¿Y qué pasó? Cuéntame más, hija, que cuando quieres no paras de hablar.

- Nada eso pasó, nos saludamos y ya. -  Contestó apenada.

- A ver... Luisita, no me sorprende después de todo... - Luisita  asintió con la cabeza.

Marina tenía razón. 

- ¿Le has dicho lo de Barcelona?

- ¡Qué va!  No me atreví y además es que se fue muy rápido, huyó de mí... 

- Pero Luisita...

- Lo sé, no hago más que cagarla con ella, pero ¿cómo se lo iba a decir? Si me dijo que estaba enamorada de mí y yo me fui y ni siquiera le dije... -

KintsugiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora