- ¿El qué?
Intercambiaron unas miradas de curiosidad y sugerencias.
- ¡NO! - Soltó Amelia. - No pienso hacer eso.
- Amelia, lo tienes que hacer y lo sabes.
- Que no, Luisi, que eso va encontra de mis principios y que tampoco sé si surtiría efecto.
- Ya, pero quien no arriesga no gana y por Marta merece la pena.
- Es extra limitarme en mis funciones.
- Ahora me vienes con esas, después de todo lo que has hecho por esa niña... niña que te recuerda a tu hermana.
- Por ahí, no, Luisita, por ahí no.
- Pero ¿Qué tienes que perder?
- Si el colegio de psicólogos se entera que he falsificado un informe me deshabilitan.
- Pero no es falsificar, falsificar... tú a la niña la conoces ¿no?
- Sí, claro, que la conozco, me acuerdo de ella perfectamente.
- Y tus instintos te decían que sufría acaso.
- Tampoco hay que ser muy listo para deducir eso, la niña bajó su rendimientos académico, su mochila apareció rota como cuatro veces en un solo mes, dejó de relacionarse con sus amigos, dejó de llevar bocata al recreo... era bastante evidente.
- Pues por eso, redacta el maldito informe y dáselo a tu madre a cambio de que Concha desestime el caso de Carmen y Marta.
- Luisi, no es sólo redactarlo, tengo que falsificar la fecha, como si lo hubiese escrito hace tres años y se lo hubiese entregado al director, cosa que no hice y da gracias que hace tres años el director no era Carlos.
- ¿Y por qué dar gracias?
- Porque entonces sí que ni me lo planteaba - Contestó sin pensar.
- ¡Ves! Lo vas hacer. - Confirmó Luisita con un gesto victorioso.
Amelia la miró sin decir nada.
- ¡Lo sabía! Y créeme que es lo mejor que puedes hacer, le estás dando una oportunidad a Marta y ayudando a que se haga justicia con Alex.
Continúo sin decir nada, cientos de pensamientos se cruzaban por su mente, argumento tras argumento, pros y contras, dudas, miedos y muchos " Y si".
- Amelia, sé que lo que te estoy diciendo no es fácil, que te arriesgas mucho pero es eso o dejar ir a Marta... - Fue consciente de cómo pudo haber sonado aquellas palabras. - desentenderse del caso quiero decir, no dejar ir de morir, que no creo que se muera porque tú... bueno, ya sabes que tú... no eres culpable si pasase eso... que hay muchos más factores, sabes, que a lo mejor se va con su abuela y se muere o no, entiéndeme, que seguro que no, ¡Por Dios hazme callar! que no paro de meter la pata y encima te estás riendo. - Pidió un poco avergonzada por su metedura de pata.
Amelia le agarró de la cara y la besó, un beso que profundizó en cuanto los labios de la rubia se entreabrieron dejando paso a la lengua de la morena.
- ¿Mejor? - Preguntó en cuanto se separaron.
- Yo sí - Sonrió - ¿Y tú?
-También.
La rubia le devolvió el beso aunque éste fue más corto.
- ¿Entonces?

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Kintsugi
RomanceEl kintsugi es la práctica de reparar fracturas de la cerámica con barniz o resina espolvoreada con oro. Plantea que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto y deben mostrarse en lugar de ocultarse. Amelia y Luisita tendrá...