- ¡Amelia! - Marcelino las recibió con los brazos abiertos aunque centrándose más en la morena que en su propia hija.
- Marcelino - Le correspondió el abrazo.
-¡Qué alegría verte en casa! ¿Cómo estás? Me contó Manolita que estuviste un poco indispuesta.
Manolita siempre tan discreta pensó Amelia.
- Sí, pero ya estoy mejor, Luisita me ha estado cuidando así que no he podido tener mejor enfermera. - Luisita al oírla le dedicó una sonrisa.
- Venga, entrad y sentaos, - dijo Manolita desde el comedor - que ya está todo.
Al entrar, Luisita vio que ninguno de sus hermanos estaban en la mesa.
- ¿Y los niños?
- Manolin y Marisol en su habitación, Catalina con tu abuelo que le está leyendo los Episodios Nacionales y Ciriaco en su cuarto, no ha querido salir.
- Pues vaya bienvenida, - comentó Luisita divertida - encima que traigo una invitada.
- Seguro que vendrá más veces. - Añadió Marcelino - ¿A qué sí?
- Por supuesto. - Respondió Amelia mientras se sentaba en un extremo de la mesa y Luisita a su lado.
- Te he hecho croquetas porque no sé cual es tu comida favorita. - Anunció Manolita.
- Gracias, no te preocupes, como de todo.
- Ya, bueno, pero tendrás algún plato favorito ¿no? - Insistió Luisita.
- Sí, claro, me gusta mucho el arroz al horno.
- No... - Contestó Luisita mientras apoyaba la mano en la cabeza.
- ¿Qué pasa? - Le preguntó en cuanto vio su gesto.
- Espera...
- Si te gusta el arroz tienes que contestar ¿arroz con cuchara o tenedor? - Preguntó Marcelino.
- Ya empezamos... - Soltó Manolita.
Amelia miró a Luisita, no entendía nada.
- Responde. - Le murmuró.
- Con cuchara.- Contestó con miedo.
Manolita y Luisita se miraron y respiraron aliviadas.
-¡Hija! Menos mal, una que sabe, - dijo Marcelina con efusividad - no tienes ni idea la cantidad de gente que come arroz con tenedor, eso es un sacrilegio, es como... como... como comer comida japonesa con tenedor. - Luisita no pudo contenerse, se echó a reír a carcajadas mientras escupía el agua que acababa de beber.
- ¡Luisita! - Le riñó su madre.
-Perdón, es que me ha hecho gracia lo que ha dicho papá. - Miró a Amelia que se tapaba la boca para disimular la risa. La rubia se levantó y fue a por un paño para limpiar el desastre que había provocado.
- Muchas gracias por venir, Amelia.- Le dijo Manolita. - Sé que has pasado una mala noche.
- No es nada, Manolita, me quedé preocupada por él.
Luisita regresó al salón con las manos detrás de la espalda.
- Amelia, no tendremos arroz al horno pero...¡mira! - Luisita sacó de su espalda un Kinder Bueno - dijiste que eras más de chocolate ¿no?

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Kintsugi
RomanceEl kintsugi es la práctica de reparar fracturas de la cerámica con barniz o resina espolvoreada con oro. Plantea que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto y deben mostrarse en lugar de ocultarse. Amelia y Luisita tendrá...