Cap. 8: Hogwarts

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Harry Potter pertenece a JK Rowling.

Star Wars pertenece a George Lucas (y a Disney)

Harén de Harry.

HP: Hermione Granger, Daphne Greengrass, Padma Patil y Susan Bones.

SW: Aayla Secura, Ahsoka Tano y Maris Blood.

Finalmente, llegó el gran día. Harry estaba tan emocionado, por entrar a Hogwarts, que se despertó a las 4:00am. Tan pronto como supo la hora, suspiró y saltó por la ventana, usando La Fuerza, para no hacerse daño, y luego reforzó sus piernas, mientras corría hacía el bosque, y hacía la cueva, caminó adentrándose en ella, y solo entonces, notó que no llevaba zapatos. Suspiró, no iba a darse media vuelta, solo por eso.

Al haber descubierto cuán grande era la cueva, sus maestros usaron alquimia Sith, y Runología Jedi, para adaptar la cueva, a varios espacios: Desde un taller para la creación de nuevos Sables de luz (que quedaba junto a las ramificaciones del Kyber, pues este tenía una forma, que recordaba un árbol y podían cortarlo, para luego añadirlo a los sables), el taller contaba con una mesa, había un yacimiento de acero, sus maestros usaron un círculo mágico Jedi, para crear yacimientos de distintos metales, y enseñaron a Harry lo que era la forja.

Ya claro... no saben armar una nave, pero sí como forjar el metal, y dar paso a cientos de piezas de sables de luz. —Pensó Harry divertido, mientras seguía caminando, hasta la modesta biblioteca, que tenía. Esa zona, estaba TAN repleta de Fuerza viviente, que fácilmente podría emplear su varita, para torturar a alguien, con el mismísimo Cruciatus, y el Ministerio jamás lo sabría. Se sentó en el suelo de la biblioteca, y se concentró, levantando sus escudos mentales. Aquello no solo servía, para que tu mente no fuera leída, por un telépata; también para mantener la calma y la mente despejada totalmente, algo importante para los Jedi.

Estuvo meditando un largo rato, entrenó en las habilidades de la Fuerza lumínica y oscura, para luego salir de la cueva, cerca de las 6:30 a.m. le quedaba mucho tiempo por delante, pues tenía que estar a las 11:00, en la estación King Cross. Así que aprovechó su tiempo, y revisó nuevamente sus cosas, empacadas en su baúl, dio de comer a Hedwig y parecían estar ambos listos. —Sables, libros de magia, libro Jedi y Sith, ropas mundanas, ropas Jedi y Sith, libro Jedi y Sith y mascara Sith. —El tiempo pasó lentamente. Hace ya bastante tiempo, que había usado uno de los primeros poderes de La Fuerza Oscura, enseñados por su maestro Kraft, y había dominado las mentes de sus tíos, su primo y los amiguitos de su primo, logrando no ser molestado, que le fuera otorgada la otra habitación de la casa, que su tía hiciera todo en la casa, y que no le molestara.

Cuando creyó que era una hora conveniente, ordenó a su tío, llevarlo a la estación King Cross, y atravesó por sí solo, el muro entre los andenes 9 y 10, sin prestar atención a la mujer de cabello rojo, con muchos hijos, quien preguntaba a su hija, donde estaba el andén, lo hicieron dos veces, pero no vieron a ningún niño de cabello negro y ojos verdes cerca, o acercarse, así que suspiró enfadada y ordenó a sus hijos, atravesar el muro.

Del otro lado, estaban las hermanas Granger, habiéndose encontrado con Harry, mientras que Hermione y Harry conversaban, y Zoe iba a otro vagón, sola y sin importarle mucho. Su hermana siempre sería un cerebrito, y ella era la popular, de la ecuación.

— ¿Sabes Harry?, estoy muy emocionada por poder aprender magia. —Dijo Hermione, ahora se veía más calmada. —me dediqué a leer, tanto como pude, tratando de... acostumbrarme a la idea, de que estudiaremos magia.

—Eh estado cerca de la magia, durante gran parte de mi vida, quizás desde mis seis años —dijo Harry. —He practicado magia, desde que la descubrí.

Star Wars: El Destino de la Fuerza MágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora