Cap. 15: La Trampilla

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Harry Potter pertenece a JK Rowling.

Star Wars pertenece a George Lucas (y a Disney)

Harén de Harry.

HP: Hermione Granger, Daphne Greengrass, Padma Patil y Susan Bones.

SW: Aayla Secura, Ahsoka Tano y Maris Blood.

Dumbledore estaba muy nervioso.

Ese maldito mocoso.

¿Cómo se atrevía a simplemente estudiar y hacer amigos?

¡Tendría que estarse entrenando, para cuando el momento de enfrentar a Tom, llegara!

Sabía que el mocoso había ignorado cada una de las pistas, respecto a la Piedra Filosofal, que él había dejado atrás.

Pero en esos momentos, una pregunta llegaba a su mente, una que no le había dejado conciliar el sueño. ― ¿Puedo seguir confiando en que Harry Potter, luchara contra Voldemort, siendo ambos de Slytherin, y odiando a los Muggles? ―se preguntó. ― ¿Y si Voldemort, le ofreciera algo? ¿Y si le ofreciera matar a los Muggles?, ¿y si le ofreciera usar la Piedra, para revivir a James y Lily? ―ese tipo de ideas, recorrían su mente y le atormentaban. Entre más veía a Harry, más preguntas venían a su mente. Más se atormentaba, no sabía qué hacer. ¿Enfrentaba a Voldemort él mismo, o permitía que Harry descubriera sobre la Piedra, y le hiciera frente él mismo? ― ¿Realmente, tomé la decisión correcta al enviarlo, con los Dursley?, ¿y si hubiera detenido a Sirius y que él lo criara?, ¿debería yo, de haber hecho caso al testamento de James y Lily, y enviar con los Greengrass, o con Amelia?


Pero los días pasaron con calma, llegaron los exámenes.

Como aquel examen, de Encantamientos, en el cual tenían que hacer que una piña bailara claqué.

O el examen de transformaciones, donde debían de transformar ratones en cajas de rapé. Ganaban puntos con las cajas más bonitas, pero los perdían si las cajas tenían colas o bigotes.

Descubrieron, que había un Cerbero tras la puerta del tercer piso, y fue Hagrid quien se enteró, de que ellos lo sabían, él les dijo que era necesario, pues Fluffy estaba protegiendo algo importante.

Ellos dedujeron que era La Piedra Filosofal. Supieron por Hagrid, que los cuatro Jefes de Casas y el profesor Quirrell, dieron protecciones especiales para el objeto. Supieron como pasar a Fluffy y seguramente...

―Desde que inicié el colegio ―dijo Harry. ―He sentido como... como el núcleo mágico y La Fuerza en Quirrell, se van debilitando. ―Pensó. ―Era raro... antinatural... terrorífico incluso. Algo... algo se fortalece en el cuerpo de Quirrell, al tiempo que él muere lentamente. ―Las chicas le miraron asombradas, e incrédulas.

Durante el almuerzo, descubrieron entre los susurros de Dumbledore, que él iría al Ministerio esa noche.

"Quirrell robará la Piedra esta noche" ―susurró Hermione, a Padma. Padma pasó el mensaje a Susan, Susan lo pasó a Daphne y ella a Harry.

Ante eso, decidieron hacerle frente a Quirrell, esa misma noche, irían al Tercer Piso y lo detendrían, incluso si sabían que la Piedra en el espejo (el cual había desaparecido, y que acertaron al pensar, que estaría en la habitación que protegía Fluffy)


Susan, Daphne y Harry, no tuvieron tan difícil el salir de sus respectivas Salas Comunes, pero sí Padma y Hermione, pronto los cinco usuarios de la Fuerza, de Hogwarts, estaban ante la puerta en el tercer piso, escuchaban la respiración del Cerbero.

"¿Cómo hacemos esto?" ―preguntó Susan.

"Ábrete Sésamo" ―susurró Harry, e increíblemente la puerta se abrió, ante un hechizo de apertura tan débil. ― "Entramos, y usamos el Petrificus Totallus en el Cerbero" ―Las chicas asintieron, ingresaron, viendo que el perro estaba en un estado de somnolencia, esto era gracias a un arpa.

De todas formas, usaron el hechizo, petrificando al perro.

"Reducio" ―susurró Hermione, pronto sus amigas y su amigo, estaban haciendo lo mismo, volviéndolo, del tamaño de un Dálmata adulto.

"Atrapado" ―susurró Harry, sorprendiendo a sus amigas, por el hechizo de grilletes, que capturaron al perro. Abrieron la trampilla.

― ¿Alguna alcanza a ver algo? ―preguntó Susan, pero todas negaron.

―Creo que tengo una idea ―dijo Harry.

― ¿Cual? ―preguntaron.

Y lanzaron un chillido, al verlo saltar. ― ¡Es seguro, chicas! ―dijo. Se miraron unas a otras, y fueron saltando y cayendo, en algo mullido.

― ¿Qué es esta cosa? ―preguntó Padma, quien pronto lanzó un chillido, lo mismo con Harry.

― ¡Mierda! ―gruñó el pelinegro, mientras que las lianas comenzaban a reptar por su pierna, y lo mismo con sus amigas.

―Dejen de moverse ―dijo Hermione. ―Es lazo del diablo, si se mueven morirán.

Hermione ―chilló Daphne.

―Lazo del diablo... lazo del diablo... la oscuridad y humedad son su hábitat natural ―recordó Hermione.

― ¡Necesitamos fuego! ―dijo Susan, sacando su varita y sonriendo. ― ¡Incendio!

¡INCENDIO! ―Gritaron todas, menos Harry quien sonrió orgulloso de sus amigas, las lianas los bajaron a una zona segura, y pudieron continuar su camino, hasta la siguiente habitación, donde varios tintineos les esperaban.

Al atravesar, hacía la siguiente habitación, encontraron lo que creyeron que eran pájaros.

― ¿Llaves aladas? ―preguntó Daphne mirando hacia arriba.

―Hay que abrir esa puerta ―dijo Hermione, mientras veía a Harry caminar hasta ella. ―Harry, no creo que podamos simplemente...

Harry extendió su mano y levantando sus manos, dio un poderoso empuje de La Fuerza, sacando la puerta de sus bisagras, y dándoles camino libre. Atravesaron por el agujero, sin que las llaves hicieran nada.

En la siguiente habitación, creyeron que era un cementerio, luego creyeron que allí, se guardaban estatuas rotas por alumnos.

― ¡¿Qué diablos, hace un ajedrez gigante aquí?! ―preguntó Padma incrédula. Efectivamente, eso era lo que estaba ante ellos.

―Me estoy hartando de esto. ―Gruñó Harry, mientras sacaba uno de sus sables, y lo obligaba a encenderse, solo con la Fuerza, e ignorando la gran cantidad de magia del colegio, que debería de negar el uso de la tecnología, la hoja negra resplandeció, antes de arrojar el sable, el cual giró en el aire, hasta decapitar al rey blanco. ―Jaque Mate. ―Las restantes fichas, se hicieron a un lado y avanzaron, hasta llegar a la siguiente habitación.

Había un trol de montaña, pero... o estaba dormido, o estaba muerto. El nauseabundo olor, casi les hace vomitar, avanzaron rápidamente, abandonando esa habitación y yendo a la siguiente.

En una mesa, había siete botellas, detrás de ellos un fuego purpura se encendió, y en la puerta de enfrente, un fuego negro.

― ¡Atrapados! ―gruñó Padma. Harry extendió su mano derecha, y ahora sujetaba su varita. Se concentró, pero la Ravenclaw hindú, fue más rápida que él, o incluso, que Hermione. ― ¡Partis Temporus! ―las llamas se hicieron a un lado.

¡Alohomora! ―exclamó Daphne, al tiempo que la puerta se abría, y se arrojaban dentro de la habitación.

― ¿Usted? ―dijo Susan, con una risilla en su voz, sin poder evitarlo. ―Tu teoría, resultó ser un hecho, Harry.

Harry sonrió. ―Hola, profesor Quirrell.

Star Wars: El Destino de la Fuerza MágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora