Capítulo 178: Política.

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Harry Potter pertenece a JK Rowling.

Star Wars pertenece a George Lucas (y a Disney)

Harén de Harry.

HP: Hermione Granger, Daphne Greengrass, Padma Patil y Susan Bones.

SW: Aayla Secura, Ahsoka Tano y Maris Blood.

Un enfurecido Darth Sidious, utilizó sus rayos Sith, para castigar a Darth Tyrannus, por la noticia que acababa de recibir: El Clan Bancario y Munnilist, fueron tomados por la República. —Espero sinceramente, Tyrannus, que a ti y a Grievous, os importen vuestras vidas. —Dijo, mientras que Dooku se encontraba en el suelo, teniendo espasmos involuntarios. —Varios planetas Separatistas, están siendo tomados, o por la República o por aquellos Sith misteriosos. Protege los planetas Separatistas, ¡O TE ASESINARÉ, YO MISMO! —Rugió más allá de la furia, ahorcando a Tyrannus con la Fuerza, antes de dejarlo caer, mientras que él, se alejaba de allí, sin poder entender cómo es que todo, comenzaba a venirse abajo.

Sus planes, tan cuidadosamente construidos, repentinamente estaban cayendo, como fichas de ajedrez.


Tenía que hacer algo, y hacerlo pronto.


¿Pero qué podía hacer?


¿Cómo responder, ante este ataque del Lado Oscuro?


¿Debería de hablar en el Senado o quizás acudir al Consejo Jedi, dejándolo en sus manos?


Entonces, una idea pasó por su cabeza, se relajó tanto como pudo y dio paso a escribir un discurso: Coruscant era conocida por sus múltiples crímenes, en los pisos más profundos de la ciudad y ni siquiera todos los Jedi y los Clones, podían hacerse cargo de frenar los crímenes, en lugares así, ni se daban abasto. Daría un discurso, en nombre de la seguridad Republicana, y así, podría tener nuevamente a los Jedi, en la palma de su mano y a la Senadora Amidala, así como a Organa, consigo.


Después de una semana, e incluso si la facción pacifista de la Senadora Amidala, veía que militarizar Coruscant, no era una respuesta absoluta, el Canciller dejó saber, que sería algo temporal, y que esperaba que la paz, no solo se fomentara, con los soldados Clon, sino que pudieran ponerle un alto a la guerra, lo más pronto posible.


-/-/-/-

En menos de dos semanas, laciudad de Coruscant, estaba teniendo una mayor presencia militar.

Soldados de armaduras blancas, sin rostro empuñando rifles láser en la plataforma del trasbordador, en las plazas, frente a los bancos, los hoteles y los teatros, dondequiera que un grupo de personas pudiera reunirse o mezclarse. Examinaban las multitudes y detenían a cualquiera que encajase en el posible perfil de un terrorista.


Registraban individuos, cosas, residencias. 


No por antojo, porque los soldados clones no actuaban así. Sólo respondían a su entrenamiento, y sus deberes eran en bien de la República.

Se oían rumores de protestas antibélicas disueltas por la fuerza, de desapariciones y de apropiaciones de propiedades privadas. Las pruebas de ese tipo de abusos de poder raramente salían a la superficie y, de hacerlo, eran rápidamente desacreditadas.

Star Wars: El Destino de la Fuerza MágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora