Capítulo 187: La Oficina de la Oscuridad

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Harry Potter pertenece a JK Rowling.

Star Wars pertenece a George Lucas (y a Disney)

Harén de Harry.

HP: Hermione Granger, Daphne Greengrass, Padma Patil y Susan Bones.

SW: Aayla Secura, Ahsoka Tano y Maris Blood.

SW: Aayla Secura, Ahsoka Tano y Maris Blood

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(Anakin Pov)

El peligro que representa Sidious, es más grande, de lo que mis compañeros creen. Él quiere que yo me convierta en su aprendiz oscuro. Creía que podía enseñarme sobre el Lado Oscuro de la Fuerza y que podía encantarme con esto, como si fuera una serpiente. Sin saber que ya he tenido un acercamiento al lado Oscuro de la Fuerza, gracias a mi madre.

Por primera vez, en todo este tiempo, me atreveré a ir a su oficina.

Ingresaré a esa oficina, con otros ojos.

Lo veré como lo que es en realidad: El enemigo más grande, de la República Galáctica y aquel que nos impide, alcanzar la paz.

Mientras que voy en mi nave, escucho por mi auricular, a mi esposa (Padme Amidala-Skywalker) y a mi hija (Leia Skywalker), quienes están en una reunión, con cuatro Senadores pro-guerreristas de la República, y gracias a la conexión en la Fuerza, con Leia, sé que los están convenciendo.

Están logrando hacerles ver, que la guerra no nos traerá nada positivo, excepto dolor.


En la antesala de la oficina, se encontraban las estatuas de oro de los cuatro sabios de Dwartii. Unos controvertidos filósofos y legisladores republicanos.

Sigo mirando todo, lo que hay aquí. Intentando guardar las cosas más importantes en mi memoria. ¡Un cáliz Sith!

— ¡Anakin, bienvenido mi muchacho! —dijo el anciano, con una sonrisa en sus labios, al verme llegar.

—Gracias por recibirme, Canciller —saludé, e incluso le sonreí, tratando de no desenfundar mis sables de luz y matarlo. —Lamento mucho, quitarle de su tiempo.

—Tranquilo, muchacho. Todo está en orden. Todo está espléndidamente bien, incluso a pesar de la invasión reciente —dijo el hombre, sonriendo tranquilo, pero pude sentirlo: las heridas en la Fuerza, que le dejé, del combate anterior. —De nuevo: gracias, por haberme rescatado.

—Cumplo con mi deber, como un Jedi —digo yo. —Mantener a la República a salvo. Pero... Canciller, sinceramente: he llegado a pensar, que no alcanzaremos, aquellos preciados momentos y días de paz, si solo damos más atención a la guerra. Es decir: nos invadieron, lo secuestraron y ahora, tenemos al líder Separatista, encarcelado. Necesitamos, a como dé lugar, encontrar una salida más... diplomática, para la guerra. —Me fijé entonces, en una diminuta estatuilla,como un obelisco o una pirámide de cristal, con la forma de un triángulo isósceles,pero muy... muy delgado y alargado. Sin duda alguna, sería alguna otra reliquiaSith. Me volví suavemente, y expandí mis sentidos,gracias a la Fuerza, sentí... sentí espíritus, viniendo de dos grandes vasijas.(Más tarde, en una visita a la biblioteca, reconocería que eran urnas de espíritusSith)

Volvimos a la antesala, mientras conversábamos. Cuando llegamos allí, lo vi y le presté una mayor atención al bajorrelieve que decoraba la antesala. Era la primera invasión de los Sith a la Galaxia: La Gran Guerra Híper Espacial, en la cual incluso, se usaron unos inmensos gusanos de guerra Sith. —Oh, sí —dijo Palpatine, asustándome. —Sí, Anakin. Es un mural de la Gran Guerra Híper Espacial. —Se acercó aún más y tocó suavemente, la fría piedra del mural. —El valor de la Orden Jedi, defendiendo Coruscant, hasta el final... ¡Y triunfando, al hacerlo! —Me fijé mejor, en la habitación y vi un Cáliz Sith de Malachor, también reconocí, un Holocrón Sith, desactivado.

Conversé con él, sobre temas mundanos y sin importancia, solo prometiéndole, que podríamos detener la guerra.

Detener, no Ganar.

Detener.


Gracias a Padme, yo sabía que podríamos convencer a más Senadores Republicanos e incluso a Senadores Separatistas, para que comprendieran, que la guerra no era el camino indicado.

Pero necesitaba algo.

Necesitaba moverme, más rápidamente.


Debía de ponerle un alto definitivo, a la guerra.


188: Darth Glych ante Darth Tyranus.

Star Wars: El Destino de la Fuerza MágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora