Capítulo 64

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Harry Potter pertenece a JK Rowling.

Star Wars pertenece a George Lucas (y a Disney)

Harén de Harry.

HP: Hermione Granger, Daphne Greengrass, Padma Patil y Susan Bones.

SW: Aayla Secura, Ahsoka Tano y Maris Blood.

—Hola a todos —dijo el profesor Slughorn. — ¿Quién puede decirme, cual es la tercera ley de Golpalott? —Hermione subió su mano, a la misma velocidad que Daphne. —Veamos, ¿señorita Granger?

—Establece que los antídotos para una poción venenosa, serán el mismo número de antídotos, de cada compuesto por separado. —Dijo Hermione.

—Bien, 10 puntos para Ravenclaw. Ahora: Si asumimos que hemos descubierto que ingredientes componen el veneno, necesitamos averiguar qué ingredientes, pueden acoplarse, unos a otros. Si tengo un antídoto A, pero sé que un antídoto B, provocaría una reacción indeseada, necesito de un A1, que sume fuerzas a uno y que no interfiera con el otro. —Todos asintieron, entendían perfectamente bien, lo que tenían que hacer. Agitando la varita, el profesor Slughorn, le entregó dos frascos a cada uno, siendo que uno ya contenía una muestra de un veneno. —Crearán un antídoto, para estos venenos.

Fue gracioso, como solía pasar siempre lo mismo, y nunca se aburriría de la situación: Hermione, siempre era la primera en ponerse de pie, y un segundo después, los demás reaccionaban, y hacían exactamente lo mismo que ella.

Harry buscó en el libro de pociones, pero no había ningún atajo. Pero él, tampoco es que fuera un inútil. 

Algo que había aprendido desde el inicio, pero que jamás había puesto a prueba, era que él sabía cocinar, él solía cocinar sus alimentos, ya fuera en el bosque, para sus maestros en la Fuerza, para él mismo en Korriban o Coruscant.

Invocó su libro de encantamientos, y comenzó a hojearlo, buscando hechizos y encantamientos, que le permitieran descubrir los ingredientes, que formaban la poción intoxicante. Pero no lo lograría, solo agitando la varita, colocó la poción en el caldero y lo hizo hervir suavemente,agitó la varita y vio los nombres de los ingredientes del veneno, y para eso agitaba la varita y repetía elmismo encantamiento, en mantra, losnombres de los ingredientes fueron apareciendo, como humo rosa y él los anotabaenun pergamino, para luego comenzar a buscar, los ingredientes, queservían para evitar que los de la poción venenosa, hicieran efecto.

Encontrarlosfue fácil, comenzar la mezcla, fuecomplicada, pues necesitaba de ingredientes extra, para que unos se acoplarancon otros. 

Cada veneno era distinto para todos.

Asíque los ingredientes necesarios, erandistintos y de nada servía mirar lo que hacían, los demás.

―Bien Blaise, veamos que tienes para mí. ―Preguntó, mientras iba de uno en uno, mirando sus pociones. ―Hola Harry, ¿Qué tenemos por aquí? ―agitó su varita y vio lo que hizo Harry. ― "Imposible" ―susurró, incrédulo ante lo que Harry hizo.

Para él, es increíble, pero no lo sería para Revan ―pensó Harry, al recordar al lord Sith, como uno de los más grandes exponentes alquímicos del lado oscuro.

Hermione, miró enfadada a su novio. ―Bueno: al menos decidió no usar un Bezoar. ―Lo conocía bastante bien, la paciencia no era uno de los fuertes de Harry, pero las salidas fáciles y rápidas, eran sus favoritas, al menos no hizo "trampa", de esa forma.

―Recojan sus cosas, jóvenes ―pidió Slughorn. ―Diezpuntos para Slytherin y diez para Ravenclaw.


Star Wars: El Destino de la Fuerza MágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora