Capítulo 157: Maestros Novatos

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Harry Potter pertenece a JK Rowling.

Star Wars pertenece a George Lucas (y a Disney)

Harén de Harry.

HP: Hermione Granger, Daphne Greengrass, Padma Patil y Susan Bones.

SW: Aayla Secura, Ahsoka Tano y Maris Blood.

Cuando mi madre y el clan de la Hermana Tanzin, descubrieron que yo era una usuaria de la Fuerza, apareció ante ellas, un hombre encapuchado, el cual sometería a las Hermanas de la Noche, a su voluntad.

Las sometió a su voluntad, únicamente empleando La Fuerza.


Aún sufro de pesadillas, al recordar aquello: Un hombre de avanzada edad, que empuñaba dos sables rojo carmesí, quien arrasó con todo el Aquelarre, a quien la alquimia del Lado Oscuro de la Fuerza, no parecía ser capaz de dañarlo.


Puedo recordar a mi madre, levitando por el agarre de La Fuerza de ese hombre. Mientras tanto, yo estaba oculta, detrás de una puerta del derrumbado templo Sith. Vi a mi madre, y ella me miró ¡Directo a los ojos! Mientras me decía en palabras mudas, que corriera.


Obedecí.


Corrí. Corrí tanto como pude, hacía el sur, sin una ruta fija, hasta que un maestro Jedi y su Padawan, me encontraron y me llevaron con ellos a Coruscant, donde me convertí en una Youngling, bajo el entrenamiento de los maestros Yoda y Tera Sinube.


Estuve allí, en Ilum, cuando la Padawan Ahsoka Tano y el Caballero Jedi Harry Obaset, nos vigilaron, al tiempo que adquirimos nuestros Cristales Kyber.

También estuvieron presentes, cuando construimos nuestros Sables de Luz y al finalizar la construcción, el maestro Yoda, nombró a Harry Obaset, como mi maestro, en los caminos de la Orden Jedi.


Pero puedo notar una firma de oscuridad en su Fuerza, pero también un temor, de...


Quizás él tenga miedo, de acabar accidentalmente, llevándome a captar ese lado oscuro, que él mismo tiene.

Pero quiero aprender. Quiero ser una futura Caballero Jedi, y la propia Fuerza, me ha guiado al lado del maestro Harry.


En los días siguientes, Harry le dijo, que sabía, que probablemente ella no quisiera ser una Jedi.


—Los Jedi se fundaron, como un grupo de estudio filosófico de La Fuerza. Tanto en la Fuerza Luminosa, como en la Oscura, ubicándose en el planeta Tython. —Comenzó Harry. —Los Jedi en la actualidad, son conocidos como los guardianes de la paz y la justicia en la galaxia. Cómo autoridades místicas de la Fuerza y los sables de luz, su firma, sus poderes inspiraron a todos los ciudadanos en la galaxia. La calma, considerada una actitud Jedi, los hizo agentes ideales de paz en tiempos de conflicto. Sin embargo, a pesar de nuestro poder y diversidad, somos muy pocos. —Se arrodilló ante ella. —Quiero que no dudes dos cosas. —Levantó el índice y corazón.

— ¿Dos cosas? —preguntó Xadra.

Harry le enseñó una sonrisa. —Voy a entrenarte, en los caminos de la luz. Voy a enseñarte, todo lo que sé, sobre la Fuerza Luminosa y en el estilo de combate III. —Xadra asintió.

— ¿Y qué sería la segundo, Maestro? —preguntó Xadra.

—Algún día, mi niña... Te vas a sentar, en el Consejo Jedi. Me encargaré de que seas una Jedi tan grandiosa, que te otorgarán, tarde o temprano, un lugar en el Consejo Jedi... —Juró Harry. Y justo cuando estaba por dar inicio, a la primera lección de su nueva Padawan, sintió una perturbación en la Fuerza. Una firma en la Fuerza, mostraba frustración y la otra pena y preocupación. Eran Aayla y el pequeño Bith, un Youngling Ithoriano, amigo de Xadra. —Maestra Secura. —El pequeño Ithoriano habló, comenzó a jugar con sus dedos y agachó un poco su cabeza. Harry se arrodilló ante él y le acarició su alargada cabeza. —Tranquilo Bith, los sentimientos de tu maestra, no son tu culpa.

— ¡No puedo ser maestra, Harry! —Se quejó Aayla. — ¡Me acostumbré demasiado a la guerra, ¿Está bien?! —Harry asintió.

—Los Jedi somos quienes llevamos la paz, a todos los rincones de la galaxia. Y miren nada más: Empuñando armas y comandando ejércitos Clones. —Pronunció Harry, mientras negaba con la cabeza. —Aayla, Bith, vengan con nosotros. —Harry le dio la mano a Xadra y los dos inexpertos maestros, junto a sus Padawan, fueron hacía uno de los salones de entrenamiento de La Orden Jedi. Harry oprimió algunos botones y una pequeña plataforma, con dos cubos de metal, aparecieron. —Usen la Telequinesis de La Fuerza, y hagan levitar estos cubos. —Harry hizo levitar sus Sables de Luz.

Pasaron de una lección, a otra.

Tutaminis: Absorción con la Fuerza.

Generar Luz (para cegar a un enemigo)

Levitar, empujar o atraer con la Fuerza.

Tácticas de combate con Sable de Luz (en la forma V —por parte de Aayla— y la forma II, así como todo el repertorio defensivo de la III —por parte de Harry—)


Harry se esforzó por hacerle entender a Xadra, que los Jedi eran guardianes de la paz.

Que ella era una Jedi blanca.


No como él, quien no tenía cabida en ninguna de las dos órdenes.

No era ni un Jedi gris u oscuro, ni un Sith gris o blanco.


Y a pesar de que Harry quería que su Padawan fuera una chica pacífica, sabía perfectamente, que los tiempos que vivían no eran pacíficos y que ellos ya no eran solo guardianes de la paz, sino soldados empuñando armas coloridas.

Y se odió, con cada lección de guerra y cada nuevo conocimiento bélico, que se vio forzado a darle a su Padawan.

Star Wars: El Destino de la Fuerza MágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora