Un niño ignorante del poder en su interior, que solo ayudó a dos desconocidos, guiado por la bondad de su corazón, alcanzaría un lugar de leyenda, en su planeta natal, y en una galaxia muy muy lejana.
Harry entrenado por Jedi OC y Sith OC.
Harry Har...
HP: Hermione Granger, Daphne Greengrass, Padma Patil y Susan Bones.
SW: Aayla Secura, Ahsoka Tano y Maris Blood.
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¡Derrota diabólica!
Aunque las victorias de la República, superan sus derrotas, los Jedi no han podido evitar el avance de los Separatistas, en el Borde Exterior.
El escurridizo general Grievous, siempre va un paso adelante, de sus oponentes.
Con miles de ejércitos droides a su mando, los Jedi no pueden predecir donde atacará Grievous...
¡Hasta ahora!
—Ten cuidado —pidió Ahsoka, mientras veía al amigo de su maestro, abrir los ojos.
—Hola, Ahsoka —saludó Harry, siendo lo primero que vio ante sus ojos, cuando despertó.
—Buen día, maestro Obaset —bromearon Ahsoka, Maris, Hermione y Susan.
—Buen día. Maris, Hermione... Susan —saludó Harry. Quien decidió no moverse mucho, mientras que Hermione y Susan, usaban Medimagia en él, y Maris y Ahsoka, la curación de la Fuerza.
Ahsoka era joven, pero era muy inteligente. No por nada, Anakin le llamaba "Sabionda". Estaba agradecida con el amigo de su maestro, por haberla salvado. Y se preguntó, si aquel sentimiento en su pecho, era solo por apreciarlo, luego de ser salvada, de lo que pudo haber sido, una muerte segura a manos de Dooku... o si acaso era algo más.
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Mientras tanto, en una nave Republicana el maestro del Consejo Jedi: Eeth Koth, un Zabrak Iridiano, caminaba por el puente de la nave, seguido por sus compañeros clones, solo para comenzar a ser atacados, por una nave Separatista de gran tamaño y un poder de fuego, aun mayor.
Los Separatistas, conectaron su puente, al de la nave Republicana y los invadieron.
Recibieron un Holo-Mensaje, de los clones que estaban cerca de las compuertas, y combatían a los Droides. El poder de fuego de los clones, poco o nada, podía hacer contra el blindaje de los Droides B-2.
Para la gran desgracia de Eeth Koth, Grievous había logrado burlar a los clones, y ahora estaba a punto de ingresar al puente de mando, después de todo: era el único, que poseería sables de luz.
―Jedi.
―Grievous.
El general lanzó una carcajada y droides de infiltración, ingresaron en la sala, disparando o usando cuchillas de metal.
