Confesión

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Él me abrazó, me dejó confundido aquello último que acababa de decir, pero decidí dejar el tema.

—Bueno, es hora de dormir.

Dije mientras le acariciaba la cabeza esperando que me soltara, pero al contrario, él me abrazó más fuerte.

—Cooper, mañana regresaremos al barranco a buscar a tu familia...O la de Cuppa...Debemos ir bien descansados.

Dije mientras insistía en que me soltara, pero él sólo se aferraba más a mi, aún me sorprende como siendo tan pequeño tiene tanta fuerza.

—Muy bien pequeña pulga, vamos a dormir.

Dije tomando sus brazos intentando sacarlos de mi alrededor, él suspiró mientras me soltaba y se incaba frente a mi, mirándome de frente.

—Enderson...Puedo...¿Puedo decirte algo?

Preguntó algo temeroso, me encogí de hombros.

—No veo porque no.

Dije, él asintió con la cabeza.

—Yo...Pero promete que no te molestarás ni dejarás de hablarme.

Dijo poniendo su meñique frente a mi, aquello era extraño y me hacia sentir un poco incómodo.

—Esta bien, aunque todo esto es extraño.

Dije entrelazando mi meñique con el de él, respiro profundo y me miró de nuevo, un extraño brillo iluminaba su mirada mientras me miraba.

—Enderson...

Esto estaba siendo muy extraño, estaba pensando seriamente en alejarme o interrumpirlo, jamás sabía que iba a obtener de éste pequeño.

—Sé que piensas que soy extraño, que aveces hago cosas raras, pero...Si no te lo digo parece que no lo entenderás...

Esto realmente era extraño, estaba decidido a levantarme y fingir que había escuchado a Charlotte llorar, pero antes de que me moviera él tomó mi brazo evitando que me fuera.

—Enderson...Yo te quiero...Me gustas mucho y...

Iba a parar esto, pero él cubrió con su mano libre mis labios para evitar ser interrumpido.

—Quizás no sientas lo mismo por mi, pero al menos déjame terminar...Te quiero más de lo que pensé que podía, y sé que probablemente al terminar tú dirás algo extraño para cambiar el tema, dormiras y mañana actuarás como que nada pasó, pero yo siempre lo recordaré, al igual que te recordaré a ti, sólo quiero que sepas eso...

Se quedó sin palabras, quitó su mano de mis labios y soltó mi brazo, ahora sólo miraba la manta arrugaba alrededor de sus rodillas.

También me había dejado sin palabras, esperaba encontrar algo que  decirle, pero nada venía a mi cabeza, él con su mirada fija en las arrugas de la manta, después, parece que estaba poniéndose más nervioso y comenzó a jugar con sus manos, sin atreverse a mirarme, pero pude notar su nariz comenzando a colorearse de rojo, iba a comenzar a llorar.

—Cooper...Yo...

Comencé a intentar calmarlo, pero no sabía que decir, sin embargo una idea sobre que hacer vino a mi mente, probablemente la peor idea, pero nada mejor podía pensar en ese momento.

Me acerque a él, tome su barbilla haciendo que me mirara, sus ojos cristalinos me miraron sorprendido, pero antes de que él reaccionará mis labios ya estaba sobre los de él.

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