S E U L M

Pequeña Discusión

Cooper nos arrastró con él hasta el segundo piso. Me sorprendió lo rápido que subió, como si eso fuera a hacer que algo cambiara entre Marcus y Skellen.

—Espero que Marcus intente hacer algo.

Dijo Cooper soltándonos una vez que estuvimos arriba. Cuppa asintió con la cabeza.

—No sé si sentirme asustado respecto a ustedes. ¿Se dan cuenta que ella podría asesinarlo si la hace enojar?

Dije, ellos comenzaron a reír.

—Marcus sabrá que hacer, no te preocupes. Además, no pierde nada intentándolo.

Dijo Cuppa sonriendo con confianza.

—¿Pasó algo? Escuché que subían con mucha prisa.

Dijo Stevens asomándose desde la puerta de su habitación.

—No, nada. Lamentamos hacer ruido.

Dijo Cuppa disculpándose.

—No  te preocupes, no estaba dormido. Es imposible con ese ruido en la habitación de Skeleton, no sé que estará haciendo.

Dijo algo molesto.

—Le gusta practicar puntería con la pared.

Respondí, Cooper asintió con la cabeza.

—Eso es extraño. Supongo que es cosa de arqueros.

Dijo Cuppa encogiéndose de hombros.

—Bueno, será mejor que vayamos a dormir antes de que despertemos a todos los demás.

Dije abriendo la puerta de mi habitación, Cuppa asintió.

—Te mostraré la habitación vacía.

Dijo Cooper tomando a Cuppa de la mano mientras la guiaba por el pasillo.

—Buenas noches.

Dijo Stevens volviendo a encerrarse en su habitación.

Cerré la puerta de la habitación, quizás Cooper iba a tardar, no estaba seguro si iba a platicar con Cuppa o sólo iba a dejarla ahí.

Pancho estaba dormido sobre la cama. Decidí dejarlo ahí, después de todo hacia mucho frío.

Me recosté mirando hacia la ventana. No se podía ver nada hacia afuera a causa del hielo sobre esta. Al parecer el clima iba a estar así por un tiempo más. 

Comencé a leer mientras esperaba a Cooper, pero este estaba tardando demasiado y sentía como el sueño comenzaba a apoderarse de mi cuerpo.

Comencé a sentir como algo se movía sobre la cama, pensé que era Pancho, así que no le presté atención, pero cuando sentí que alguien quitaba el libro de entre mis manos desperté.

  — Lo siento, no quería despertarte.  

Dijo Cooper disculpándose apenado. 

  — No importa. 

Dije sentándome esperando alejar el sueño, aunque sea un poco.

— Cuppa es fantástica. Ella no me odia.

Dijo emocionado.

  — No tiene porque hacerlo. 

Dije, él se encogió de hombros.

— No lo sé. Pero me alegra que no se haya molestado, ya sabes, no es normal lo de nosotros.

Dijo sentándose sobre la cama para acostarse.