Desconfianza

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Desperté con la luz del sol entrando por la ventana. Cooper estaba acurrucado a mi lado durmiendo sin preocupaciones. Pancho no parecía estar en la habitación, pero me pareció extraño, pues todo estaba cerrado, no había manera de que saliera solo.

Me levanté sin tomarle demasiada importancia a la mascota del pequeño, seguro estaba por ahí bajo un mueble o algo. Salí de la habitación sin hacer demasiado ruido, no quería despertar a Cooper.

Bajé para hacer el desayuno, todos seguían dormidos al parecer. Al poco rato bajó Skeleton atraído por el aroma de la comida.

—¡Genial! Ya moría de hambre. 

Dijo sentándose a la mesa, lo miré negando con la cabeza.

—Dices eso cada mañana.

Respondí, él se encogió de hombros. 

—Debiste pensar en eso antes de secuestrarme.

Bromeó, le encanta sacar ese tema cada ocasión que puede. Rodé los ojos sin prestarle demasiada atención.

—¿Pancho? ¿Pancho? 

Escuchamos a alguien bajando las escaleras mencionando al pollo sin parar, ambos miramos al pequeño crepper buscando por cada rincón y bajo cada mueble a su emplumado amigo.

—¿Perdiste a tu pollo?

Preguntó Stevens bajando las escaleras, Cooper asintió con la cabeza mientras las lagrimas caían sin parar.

—No está en ningún lado, él jamás se iría, algo debió pasarle.

Respondió sin dejar de buscar.

—Seguro está escondido, siempre aparece cuando comemos, ya vendrá.

Dije colocando el plato de semillas en el suelo donde Pancho suele desayunar a diario. Cooper no pareció muy de acuerdo con la idea pero confió, se sentó a desayunar junto con nosotros, pero cuando vio que no aparecía comenzó a llorar dejando su plato a medias.

—No está, algo le pasó.

Dijo preocupado entre sollozos, Skeleton dio un sorbo a su crema de zanahorias.

—Enderson, el desayuno de hoy sabe mejor que siempre, ¿acaso le pusiste caldo de pollo?

Dijo saboreando la comida dentro de su boca, Cooper me miró asustado.

—No digas tonterías, son sólo zanahorias. 

Dije cruzando los brazos, Cooper pareció relajarse un poco. Skeleton asintió con la cabeza.

—Cierto, no es correcto desayunar pollo. Es mejor guardarlo para la comida, se disfruta más.

Dijo, Cooper volvió a comenzar a llorar sin quitarme la mirada de encima.

—Deja de decir tonterías, ¿acaso sólo sabes mentir y molestar?

Lo regañó Stevens, pero Skeleton sonrió.

—No, puedo ser muy sincero, te lo demostraré, le diré todo a Cuppa.

Dijo sintiéndose victorioso, Stevens lo miró asustado sin saber si creerle o no.

—¿Entonces estás diciendo la verdad?

Preguntó Cooper a Skeleton, él se encogió de hombros en respuesta pero fue suficiente para hacerle perder la cabeza. Se levantó de la mesa y entró a la cocina comenzando a tirar todos los trastes y la comida mientras llamaba a Pancho desesperadamente. 

—Cooper, espera, Pancho no está ahí, él debe andar por ahí escondido.

Dije tomándolo de la cintura y levantándolo del suelo para evitar que siguiera arrojando todo.

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