Aún En La Busqueda

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Las chicas se fueron perdiendo tras la colina sin mirar atrás, Skellen, Ender y Cooper seguían mirando por donde ellas habían caminado, como si en algún momento fueran a regresar o algo fuera a pasar. Los demás siguieron caminando pero yo me detuve para esperar a Cooper.

Después de unos minutos pude notar como los hombros de Cooper caían, seguro había suspirado decepcionado, Ender dio media vuelta comenzando a caminar hacia el refugio.

  — ¿Eso significa que jamás encontraremos a Cuppa? 

Preguntó Cooper triste mientras caminaba hacia mi.

  — Hay que regresar.

Le dije mientras le acariciaba la cabeza, no sabía que más decirle, él asintió con la cabeza.

— ¿Acaso no sé dan cuenta? Ellas saben algo, debemos seguirlas. Claro, si es que tanto les interesa su amiga.

Dijo Skellen de brazos cruzados, los demás que nos estaban esperando se acercaron al escuchar aquello.

— Seguro que se te fue un tornillo después de hacerte eso.

Dijo Ender señalando los brazos de ella, recordando aquel momento en que ella decidió escapar y hacerse daño hasta querer morir, por suerte Marcus y Cuppa la encontraron a tiempo. Skellen lo observó con furia en sus ojos, comenzó a caminar hacia él con las manos en puños, no tenía su arco pero no dudaría en pelear contra él, pero Marcus corrió hasta quedar frente a ella y poder detenerla tomándola por los hombros.

 — Vamos, no es momento de pelear. De verdad que no sé de donde has sacado esa idea, pero al menos estás más preocupada por encontrarla que otros.

Dijo Marcus mirando con enojo a Ender, si quería evitar una pelea iba por mal camino.

  — No hay porque pelear, simplemente quien quiera puede ir a buscarla y quien no que regrese a la aldea.

Dijo Mindy intentando calmar la situación, para sorpresa de todos Skellen comenzó a caminar hacía la colina, Ender gruñó molesto y comenzó a ir al lado contrario, hacía la aldea.

Cindy siguió a Ender. Quedábamos Mindy, Skeleton, Marcus, Cooper y yo, nos miramos sin saber que hacer.

— Vallan ustedes dos, seguro se mueren por saber de su amiga, nosotros iremos a la aldea, pero si mañana no han llegado iremos a buscarlos.

Dijo Skeleton, todos estuvimos de acuerdo, era un buen plan, asentimos con la cabeza y luego de despedirnos de aquel par comenzamos a caminar hacia la aldea.

—   Espero que ella aparezca pronto, está sola y puede estar en un lugar peligroso.

Dijo Cooper, seguía preocupado por ella.

  — Seguro que estará bien y la encontraremos pronto, no debes preocuparte.

 Dije, Skeleton asintió con la cabeza.

  — Todos hemos pasado peligros estando solos y estamos bien, ¿cierto?, ella es fuerte e inteligente, no debes preocuparte.

Lo tranquilizó,  Cooper sólo asintió con la cabeza sin sentirse muy seguro todavía.

Regresamos al refugio, sobre la barda estaban Ender y Cindy, nos miraron llegar pero no dijeron nada, nosotros tampoco.

Regresamos a la casa de Charlotte, ella estaba sentada en la sala al lado de Pancho, quien al vernos llegar corrió hacia Cooper.

  — Estaré acostado un rato.

Dijo Cooper cabizbajo tomando a Pancho entre sus brazos y comenzando a caminar hacia las escaleras.

— Espero que no se sienta culpable de nada, ojala Cuppa regrese pronto.

Dijo Charlotte con los ojos llorosos.

— Skellen, Mindy y Marcus seguirán buscando, sino regresan mañana saldremos a buscarlos.

Explicó Skeleton, ella asintió con la cabeza.

  — Agradezco que con tan poco tiempo aquí se preocupen tanto por nosotros, son tan lindos.

Dijo Charlotte, Skeleton se rasco la nuca nervioso.

— Preferiría otro calificativo, "lindos" es un poco cursi.

Dijo, Charlotte sonrió divertida.

  — Seguro que tienen hambre, prepararé algo  para mis "lindos" invitados.

Dijo divertida entrando a la cocina, comencé a reír divertido y Skeleton me miró con una ceja alzada.

— Ese calificativo también te incluye.

Dijo, asentí con la cabeza sin tomarle mucha importancia.

Comimos después de que Charlotte tuvo lista la comida, Cooper bajó a comer y regresó al cuarto.

Pronto anocheció, Charlotte fue a su habitación a dormir y después de que Skeleton me contara lo que haríamos al otro día si no regresaban los chicos cada uno fue a su habitación.

Entré a la habitación, Cooper estaba sentado en medio de la cama dando unas semillas a Pancho.

  — Cooper, ya te he dicho que no le des de comer sobre la cama.

Dije acercándome y sentándome al lado de él.  No respondió nada, sólo suspiró triste.

  — Seguro que mañana tendremos noticias sobre Cuppa, no te preocupes.

Dije, él asintió con la cabeza. Pancho terminó de comer y bajo de la cama, después de comer siempre comenzaba a correr alrededor de la habitación. Mientras Pancho corría comencé a quitar la basura que había quedado, Cooper no se movió, estaba demasiado pensativo. 

  — Es hora de dormir, enano.

Le dije acariciándole la cabeza, él me miró entre curioso y triste.

 —¿Es verdad que los enderman son tan egoístas?

Preguntó, no entendí porque estaba pensando sobre eso.

  — ¿Acaso crees que soy egoísta?

Pregunté, él cruzó los brazos haciendo un puchero demasiado infantil.

— No puedes contestar con otra pregunta.

 Me regaño, reí divertido acariciando su cabeza.

  — Muy bien. No lo sé, en realidad escape de casa antes de saber como actuaban los demás, yo vivía solo, aun así no fui egoísta contigo.

 Respondí mientras acariciaba su mejilla, cuando terminé de responder le dí un pequeño beso en los labios, él se sonrojó y bajó su mirada nervioso.

  — Enderson, sólo estás jugando.

Siguió regañandome por mis respuestas, pero no tenía el valor de levantar la mirada.

 — Es mi respuesta, ahora tu debes responder a la mía.

Dije acariciando su cabeza, él suspiró.

  — Es que...Ender actúa tan indiferente con Cuppa, como si no le importara. Aquella creeper me dijo que los enderman podían ser peligrosos y que solían ser egoístas.

Respondió, seguía pensando en las palabras de aquella anciana.

  — No sé que haya pasado entre Ender y Cuppa, pero seguro que su  actitud tiene alguna explicación, además, ya te dije que no debes creer todo lo que te dijo esa anciana.

Dije, él no respondió nada, siguió pensando mientras miraba sus manos.

  — Bueno, aunque quizás yo sí  sea algo egoísta.

Dije, él me miró sorprendido.

  — No me gustaría tener que dejarte ir. 

Dije mientras tomaba su rostro entre mis manos y comenzaba a besarlo.

—   Quiero que seas sólo mío. 

Dije sin dejar de besarlo mientras lo recostaba sobre la cama quedando sobre él, aunque claro, Pancho de inmediato subió a la cama y comenzó a picotear mi brazo obligando a separarnos.

S E U L MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora