Aún no salía el sol, apenas habían pasado un par de horas de quedarnos dormidos cuando Cooper comenzó a moverse despertandome.
El pequeño enano se estaba vistiendo, me pareció extraño, quizás le había dado frío.
—¿Qué estás haciendo a estas horas?
Pregunté, él sonrió apenado.
—Lo siento, no quería despertarte. Yo quiero ver a Cuppa y jugar en la nieve.
Respondió sonriendo, negué con la cabeza.
—Eso ya lo sé, pero aún es muy temprano, seguro que ella estará dormida.
Respondí, él asintió entendiendo mi punto.
—Lo sé, pero más tarde va a salir el sol y entonces con su calor va a derretir la nieve.
Dijo en tono triste, negué con la cabeza.
—El sol no va a derretir la nieve, hace mucho frío.
Respondí, pero él siguió vistiéndose. Cuando terminó me miró.
—Seguro que nos divertiremos, ojalá pudieras acompañarnos.
Dijo a la vez que me abrazaba. Sonreí.
—Espero que se se diviertan mucho. No te preocupes por mi, estaré esperándote aquí.
Dije acariciando con suavidad su cabeza. Él asintió emocionado antes de salir corriendo de la habitación. Negué con la cabeza, él siempre tiene tanta energía.
Después de que él se fue me levanté, apenas iba a comenzar a salir el sol. Me vestí y salí de mi habitación, afuera estaba Skeleton quien iba bajando las escaleras.
—¿A dónde vas tan temprano?
Pregunté. Él se sorprendió al escucharme, dio un salto que casi lo hace perder el equilibrio.
—Sólo voy afuera. Quiero evitar problemas entre Skellen y esos arqueros, por si ellos regresan o ella quisiera salir a buscarlos.
Respondió, asentí con la cabeza.
—Está bien.
Respondí, él asintió con la cabeza terminando de salir de la casa.
Miré hacia el cuarto de Charlotte, estaba con la puerta abierta y no parecía haber nadie dentro, seguro estaba de nuevo en aquel lugar donde le gusta pasar las tardes.
La habitación de Stevens aún estaba cerrada, decidí bajar a desayunar sin hacer mucho ruido por si acaso se encontrara durmiendo.
Mientras preparaba algo sencillo escuché pequeños pasos en las escaleras, miré y era Pancho bajando, decidí ignorarlo. Él terminó de bajar y avanzó entre saltos y aleteos hacia la cocina, cuando llegó se subió a una encimera y comenzó a cacaraquear como si no hubiera un mañana.
—¿Pero qué te pasa animal del demonio?
Dije mientras intentaba ahuyentarlo de ahí, pero él se defendía con aleteos sin dejar de gritar.
—Voy a meterte en un sartén justo ahora.
Lo amenacé cuando logré tomarlo por su pequeño cuello.
—No creo que eso le guste a tu pequeño amigo.
Dijo Stevens a mi espalda.
—Sólo intento callarlo.
Respondí soltando a la molesta ave quien corrió a esconderse quien sabe donde.
—Creí que ya estarían acostumbrados a convivir juntos, después de todo tu y el pequeño pareciera que se conocen de toda la vida, por no mencionar que son muy unidos.
Comentó sentándose en la silla más próxima a la cocina.
—No es demasiado tiempo, además estaba acostumbrado a vivir solo, sin embargo alejar a Cooper de mi es como intentar alejar a Pancho de él.
Respondí, él rió divertido.
—Por cierto, hace mucho frío, si me preguntaran diría que más tarde habrá una tormenta o por lo menos hará el suficiente frío como para congelar todo lo que se encuentre afuera. Deberías avisar a tus amigos, los escuché salir desde temprano.
Dijo, asentí con la cabeza.
—No regresaran tarde, no tienes que preocuparte. ¿Entonces llevas rato despierto, no?
Pregunté, él se encogió de hombros.
—En realidad no he dormido demasiado. Cuando escribes lo que has vivido lo vas reviviendo y se te va el tiempo sin que lo sientas. Además, descubrí que me gusta dibujar.
Respondió sonriendo, asentí con la cabeza.
—Chicos, que bueno que ya están despiertos. ¿Y Cooper?, ¿no me digas que otra vez se siente mal?
Dijo Charlotte saliendo de la habitación donde suele pasar días enteros.
—No, él fue a buscar a Cuppa desde temprano.
Respondí, ella sonrió.
—Que bueno, como me gustaría tener un hermano o hermana y pasar todo el día con él.
Dijo soñadora, Stevens sonrió triste asintiendo con la cabeza.
Terminé de preparar el desayuno, los tres nos sentamos a la mesa y comimos en silencio. Pancho salió de su escondite para comer lo que le había puesto en el suelo.
Cuando terminamos de comer Charlotte fue a su habitación y se encerró, Stevens lavó los trastes mientras yo arreglaba la cocina.
Pancho caminaba de un lado a otro sospechosamente, pero seguro sólo buscaba a Cooper así que ninguno de los dos le prestó atención. Cuando nadie lo miraba saltó sobre la encimera, luego sobre mi cabeza y luego hacia Stevens, pero lo detuve tomándolo por ambas patas. No tengo que decir que comenzó a aletear como loco para intentar liberarse.
—Ese animal actúa demasiado raro.
Comentó Stevens manteniendo la distancia, asentí con la cabeza.
—Pancho, si sigues comportandote asi te amarraré afuera hasta que Cooper llegue y te encuentre congelado.
Amenacé, sabía que él entendía lo que decía. Cacaraqueó molesto para después calmarse.
Lo bajé al suelo y él volvió a correr a esconderse en quien sabe donde.
—Mirá, deben cuidarlo mucho, su plumaje es tan suave y grande.
Dijo Stevens levantando una pluma del suelo, rodé los ojos.
—No le veo nada especial. Sólo es la apestosa pluma de ese animal del demonio.
Respondí, él me miró serio, como pensando en algo.
—Entonces...¿puedo conservarla?
Preguntó temeroso, asentí con la cabeza, él sonrió emocionado.
—Gracias.
Respondió, luego corrió hacia su habitación. Me pareció extraño, ¿para que quería una sola pluma?
No le tomé mucha importancia. Comencé a subir para arreglar la habitación, pero Charlotte me salió de su habitación cuando había terminado de subir las escaleras.
—Enderson, hagamos un pastel, ha pasado un tiempo desde que cociné uno.
Dijo emocionada. Sin esperar una respuesta me tomó del brazo y corrió escaleras abajo llevándome con ella.
Entramos a la cocina, ella comenzó a sacar muchas cosas de los muebles que tenía. Parecía emocionada e ilusionada en preparar un pastel, aunque es común verla con ese estado de ánimo.
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S E U L M
FanficVersión mejorada en mi perfil: "Una Vida Pixeleada" Otro fanfic de minecraft a petición de mis lindos lectores :3 Enderson escapa de su mundo porque cree que no encaja, pero llegando a una nueva dimensión se siente igual de solo. No se acostumbra al...