Esperando La Ayuda

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Todos guardamos silencio mirándonos unos a otros hasta que Skellen comenzó a caminar de regreso al piso de arriba. Comenzamos a seguirla, no había mucho que pudiéramos hacer en esa habitación con los restos del portal.

—¿A dónde vas?

Preguntó Skeleton corriendo detrás de ella.

—Ya lo dijiste, sabemos donde se esconden esas ratas.

Respondió, sonaba a que estaba lista para pelear con quien hiciera falta para recuperar a nuestra amiga. Marcus la detuvo tomándola del brazo.

—No puedes ir así nada más, ni siquiera estamos seguros si fueron ellos.

Dijo, ella negó con la cabeza.

—Yo puedo asegurarlo, los conozco.

Respondió segura, Skeleton rodó los ojos listo para defender a sus aventureros amigos, pero una explosión nos hizo dejar de discutir y salir a averiguar que sucedía.

Nos encontramos con una bestia de tres cabezas de las cuales disparaba más cabezas que destruían todo a su paso. Su cuerpo era como un torso de huesos y no parecía que fuera mortal, probablemente fuera indestructible.

—¡Marcus, no te quedes ahí!

Gritó uno de sus amigos mientras pasaba junto a él entregándole una espada. Él asintió con la cabeza comenzando a seguirlo para defender la entrada.

—¡Les daremos tiempo mientras piensan en algún plan!

Dijo Marcus guiñando un ojo, sin embargo dude que algo pudiera detener a esa cosa.

—No duraran mucho.

Dijo Cindy intentando burlarse como es común, pero se notaba en su voz y su rostro que también le preocupaba esa cosa.

—Stevens, Skeleton, tenemos que ir a ayudarlos. Ustedes, más les vale hacer algo antes de que eso mate a todos.

Ordenó Skellen. Stevens sacó una espada azul y Skeleton tomó su arco. Los tres se unieron a Marcus y sus amigos justo cuando esa cosa había logrado destruir la entrada y comenzar a avanzar al interior del refugio.

—Quizás si hago que me coma y exploto en su boca.

Dijo Cooper, miré hacia él esperando que fuera una broma.

—Tiene tres cabezas.

Dijo Cindy, él suspiró sin saber que más proponer.

—Ender, tú sabes de alguien muy poderoso.

Dijo Cinthya hacia el mencionado quien cruzó los brazos molesto.

—No va a dejar la comodidad y seguridad de su hogar por venir aquí a salvar a un montón de extraños.

Respondió con seguridad.

—Parece que el egoísmo viene de familia.

Dije. Su padre nos había protegido, pero siempre bajo sus ordenes y creencias, era egoísta igual que él. Ender me miró con furia en sus ojos, listo para atacarme, pero Cuppa lo tomó de la mano llamando su atención.

—Ender, debes ir por él, al menos intentarlo o todos aquí moriremos.

Suplicó, él miró a cada uno de nosotros y los que estaban luchando para intentar ganar tiempo.

—Bien, iré, pero dudo que él quiera hacerlo.

Dijo sin muchos ánimos soltando a Cuppa.

—No tardes, por favor.

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