S E U L M

Mala Mañana

Comencé a revolver su cabello sin dejar de mirarlo a los ojos.

  — Confía en mí, no me siento obligado a permanecer aquí. Además, dudo que Skeleton se vaya de verdad.

Dije, él suspiró asintiendo con la cabeza.

— Espero que tengas razón, todos somos amigos, ¿cierto?, no quisiera decirle adiós a ninguno.

Confesó. Sólo sonreí intentando transmitirle confianza, aunque no estaba seguro que todos permaneciéramos juntos para siempre. Le di un beso en la frente antes de soltarlo.

  — Es hora de dormir.

Dije arreglando la cama, él asintió con la energía que es normal en él. Ambos no tardamos en quedarnos dormidos. 

Apenas se asomó el sol por la ventana Pancho comenzó a gritar y hacer esos extraños ruidos que suele hacer muy temprano.

  — Voy a tener que amarrarte el pico.

Dije mirándolo molesto. Como si lograra entenderme me miró enojado, pero no me atacó, agradecí eso. No es agradable ser picoteado por un pollo cada mañana. 

  — Buenos días.

Dijo Cooper levantándose rápido y saliendo de la habitación corriendo. Escuché como abría la puerta de la habitación de Skeleton, negué con la cabeza.

Me levanté con un poco de pesadez y lo seguí. La habitación estaba vacía, pero su arco y sus flechas aun estaban al lado de la cama, eso pareció tranquilizar a Cooper.

— Seguro está allá abajo.

Dije, él asintió con la cabeza.

Bajamos, el desayuno ya estaba en la mesa pero tampoco estaba Charlotte. Seguro estaba en aquel sitio donde suele pasar largas horas del día.

— ¿Crees que a Charlotte le moleste tenernos en su casa?

Preguntó Cooper mirando la puerta de la habitación donde Charlotte solía ir.

— No lo sé. Quizás deba construir una casa, hablaré con Ender después.

Dije, él sonrió emocionado.

— ¿Pancho puede tener su propia habitación?

Preguntó, reí por su extraña petición.

— ¿Pancho?, él debería estar en un sarten.

 Comenté riendo, él hizo una mueca de molestia.

  — Oye, él no es comida.

Respondió, comencé a reír y él no pudo hacer nada más que reír. Pancho apenas y prestaba atención, estaba devorando unas semillas que Charlotte había preparado para él.

— Creí que para eso lo engordábamos.

Continué, él cruzó los brazos.

— No está gordo, tiene muchas plumas.

Respondió defendiéndolo. El ruido de la puerta principal hizo que termináramos con nuestra pequeña discusión.

 —Buenos días.

Saludó Skeleton caminando sin mucho ánimo, Cooper puso una expresión preocupada.

  — ¿Pasa algo?

Pregunté, él negó con la cabeza.

— Estaba afuera desde temprano, ya sabes, no tenía nada mejor que hacer. Me encontré con Mindy, pero fue molesto sólo escucharla quejarse de Marcus y Cuppa en relación con Skellen y Ender. Pero fue peor cuando Marcus salió de su casa, tan alegre, como si todo fuera perfecto, por eso decidí regresar.