🌻˗ˏ✎ 𝟎𝟑8 *ೃ

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México tenía mucho trabajo, andaba por todos lados, algo estresado eso sí, por esa razón a veces ignoraba a Argentina y lo que le pedía, el del sol no quería enojarse por eso porque sabía que era estresante tener tanto trabajo, así que se quedaba ...

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México tenía mucho trabajo, andaba por todos lados, algo estresado eso sí, por esa razón a veces ignoraba a Argentina y lo que le pedía, el del sol no quería enojarse por eso porque sabía que era estresante tener tanto trabajo, así que se quedaba en silencio haciendo otra cosa.

Era extraño, esa mañana no le había despertado, él se despertó solito, no había nada en la cocina para que coma, México siempre le hacía de desayunar, por lo que tuvo que hacerlo él mismo y desayunar solo.

Cuando México llegó, solo lo saludó y se fue a su oficina a trabajar, ni un apodo, beso o abrazo, nada.

—¿M-México?—El menor preguntó cuándo estaba en el marco de la puerta de su oficina.

—Dime.

—¿Estás muy ocupado..?

—Si.

Era cortante. Lentamente sintió las lágrimas de Argentina comenzaron a acumularse en sus ojos, dejándole la vista borrosa, miraba hacia abajo jugando con sus deditos, no sabiendo que hacer, sabía que no debía de llorar por eso porque era normal que sean cortantes cuando están trabajando, pero aún así dolía.

Dolía porque no estaba acostumbrado a ser tratado cortante por México, de esa forma tan seca y sería, le daba miedo.

—Argentina, necesito que vayas a la habitación, cierra la puerta, después iré contigo.

—... Está bien~

Se fue, cerrando la puerta y yendo a la habitación, se acostó sobre la cama, abrazando la almohada, suspiró profundo, mirando al techo ahora. ¿Qué iba a hacer ahora? Se sentía aburrido no tener a México cerca, pero mejor decidió comenzar a probarse las camisas y suéteres de México por si le gustaba una.

Rió suave cuando se miró al espejo, le gustaban las camisas de su amado, se veían muy grandes en él, en cierta parte le gustaba que no fueran del tamaño de sus territorios, era agradable y amaba ser más pequeño que México.

Si es que medir un metro ochenta y cinco es pequeño, pero frente a tu pareja que mide dos metros con cinco, es demasiado.

Al escuchar la puerta abrírse, se volteó, viendo a México ahí mirándolo.

—¿Qué estás haciendo, precioso?

Precioso. México había terminado de trabajar.

—Quiero tus camisas.

—Ya hablamos de eso, solecito. No más camisas mías, además esas que estás usando son del partido anterior, wey. Estás madres te las dan para que votes por esos vatos.

Camisas del PRI, un partido político del territorio mexicano. Todavía recordaba las estupideces que tuvo de escuchar al lado del presidente en todas las conferencias en vivo.

Los países cada cierto tiempo van a su territorio para dar entrevistas, estar con el presidente ayudando, atrás de ellos durante las conferencias en vivo. Algunas veces las preguntas son para ellos, por lo que deben de responder.

Varias veces a México o Argentina le preguntan cuál es la relación entre ambos, como están entre ellos y que tipo de relación tienen, de amigos, de compañeros de trabajo o algo más que podría beneficiar en cierta parte al país.

Aún así, siempre decían que solo eran compañeros de trabajo.

Aunque tenían quince años de pareja, pero solo compañeros de trabajo frente a la prensa.

𝐒𝐎𝐋𝐄𝐂𝐈𝐓𝐎, mexarg, terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora