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« Argentina ama los girasoles. »
México planeaba hasta plantar millones de girasoles solo para que su solecito este feliz. No sabía dónde iba a ponerlas o como iba a conseguir tantas, pero lo iba a hacer por su solecito preciado.
—¿Anotaste todas las cosas que me gustan?—Argentina preguntó cuándo reviso una libreta que el mexicano tenía ahí. El tricolor volteó, viendo que tenía esa libreta, dentro de la misma habían varias cosas, entre ellas lo que a Argentina le gustaba.
Lo usó para ganarse el corazón de su solecito.
—No...
—Aw, aprendiste a hornear por mí.—Argentina sonrió. México al saber que al menor le gustaba hornear pastelitos, él aprendió a hacerlo para hacerle postres a Argentina.
México se sentó a su lado, Argentina lo miró, besándole su mejilla.
—Puedes ser muy alto y muy fuerte... Pero eres una ternura, México.—Le jaló su mejilla levemente sonrojada, abrazándolo por el cuello después, besándole los labios.
