¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Argentina llegó con sus hijos más pequeños a la casa, literalmente los más pequeños, los cuales eran un desastre y sus hermanos ya no los soportaban, por eso le dijeron a Argentina que se los llevara, así lo hizo, después de un regaño de media hora, se los llevo a casa.
México salió de su oficina, viendo a Argentina regañar a sus hijos pequeños, eran tan adorables.
—Solecito.
Los pequeños se voltearon, sonriendo y yendo corriendo hacia México para que los agarre en brazos y los levanté en el aire como siempre lo hace cuando los ve, eran los hijos más pequeños de Argentina, medían entre un metro cuarenta y un metro cincuenta.
—¡Papi, papi!—CABA habló, riendo y alzando sus bracitos hacia México, el cual lo cargó en brazos, sonriendo y besandole su regordeta mejilla. Era tan tierno.
Se habían acostumbrado a llamar a México "papi" o "papá" porque para ellos México era eso, su otro padre, un padre cariñoso y dulce, los ayudaba a salir de problemas que tenían con Argentina, además les daba galletitas con chocolate, no se quejaban.
—¿Pasó algo malo con ellos?—México preguntó.
—No, solo sus hermanos están cansados de ellos. Se van a quedar por unos días, ¿Estás bien con eso?
—Si, puedo hacerles espacio en una habitación, hay otra cama bastante grande para ellos.—México respondió, dejando al pequeño en el suelo, quien se quejó, haciendo un leve berrinche porque no quería que lo dejen en el suelo.
Iban a ser un desastre, pero México los iba a cuidar bien. Los llevó a la habitación, en lo que Argentina preparaba algo de comer para ellos. México los dejó sobre la gran cama, los pequeños rieron, jugando y saltando sobre la misma, era una cama gigante solo para ellos.
—Corazones, no salten en la cama, pequeños, se van a caer o lastimar.—México dijo, llegando con unas sábanas y peluches para ellos. Los dejó en la cama, agarrandolos para dejarlos sentados en la cama.—No salten, no jueguen rudo entre ustedes, no quiero que se lastimen, la comida estará lista en unos minutos.
—¿Podemos jugar?—Misiones preguntó. Querían jugar con México.
—Después, tengo trabajo que hacer, pueden andar por la casa pero sin hacer escándalo, pequeños, por favor. Pueden salir al jardín a jugar si quieren.