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Luego de ese día, todo sitio estaba lleno de buenos comentarios para la feliz familia. México y Argentina se sentían aliviados de que era tomado de buena forma, seguían en el territorio de México, mostrándole a Mextina varias cosas que iban a ser parte de su cultura, o más bien que son parte de él, al ser un bebé de dos países.
Era tierno pensar que Mextina iba a crecer con dos acentos totalmente diferentes. Al ser México y Argentina diferentes en eso, algunas palabras se podrían mezclar junto con la pronunciación de ciertas palabras.
Dejaban que Mextina toque diferentes cosas, las plantas, flores, animalitos también. Le tomaban varias fotos de Mextina tocando girasoles.
—Mextina, no hagas eso, mi amor, te vas a lastimar.—México dijo cuando el bebé frotó su carita con una flor. Le limpio la carita con una toallita de bebé junto con sus manitas.
Las fotos de la linda familia paseando por ahí, siendo totalmente felices con su relación y con su bebito. Los comentarios en las publicaciones eran hermosos y llenos de amor y paz para la pareja.
Los celos de querer una relación igual a la de ellos dos era enorme. Publicaciones enteras de apreciación a la pareja y a su bebé.
Volviendo a casa, la pareja dormía en la cama, Argentina acostado sobre el pecho de México, y Mextina acostadito ahí también, la mano del mexicano sobre su espaldita para asegurarse de que no vaya a caer a un lado.
Era una escena tan tranquila, pacífica, de los tres durmiendo. Argentina y Mextina sobre México durmiendo.
Por fin tenían lo que más querían después de pasar por meses de pensarlo, un bebé de ellos dos, que podían criar desde recién nacido.
México despertó, viendo la tierna escena frente a él, besando a Argentina en la frente y a Mextina en su cabecita, se sentía el hombre más feliz y afortunado de todo el mundo, de tener un esposo tan maravilloso y lindo, un bebé tan tierno, la vida esa maravillosa para él.
Viendo a Argentina, le acariciaba el cabello, recordando varias cosas por las que pasaron juntos. Recordaba esas tantas veces en la que todavía no eran independientes, se escapaban de casa sin hacer nada de lo que se les fue dicho para irse a un lindo campo lleno de flores, dónde jugaban durante horas.
Nunca pensó que ese niño con el que se escapaba para jugar en el campo de flores iba a terminar siendo su esposo, claro que no. Aunque si sentía algo extraño cuando miraba a Argentina, cuando lo miraba a los ojos, podían verse el dolor entre ellos mediante los ojos.
Miró a Mextina, se le hacía muy tierno, le recordaba a él cuando era un bebé. Jugando con su padre a veces, aunque era castigado muchas veces por mal educado por su propio padre, por eso tenía algunas marcas en su cuerpo que eran por esos castigos que se le daba.
México entendía que eso era por su educación y su padre quería que creciera como un hombre de bien y educado.
Cuando mataron a su padre frente de él, fue el escenario más traumático de su vida. Lo tenía ahí, frente a él, muerto, no lloró, más bien se quedó totalmente paralizado, hasta minutos después que fue cuando explotó en llanto y gritos por su padre.
México se iba a encargar de que Mextina jamás pase por algo malo, él iba a ser el mejor padre para su hijo.
