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México debía de ir a hablar con Brasil en unas horas, eso por el problema que se tenía al respecto del bebé de Uruguay, al parecer al brasileño poco le importaba la seguridad del bebé, o del como este Uruguay con el pequeño, eso a México le desagr...

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México debía de ir a hablar con Brasil en unas horas, eso por el problema que se tenía al respecto del bebé de Uruguay, al parecer al brasileño poco le importaba la seguridad del bebé, o del como este Uruguay con el pequeño, eso a México le desagradaba bastante, no entendía como podía hacer eso, estar tan desinteresado en un bebé que es su responsabilidad también.

Argentina cuidaba de Mextina, le había dado de comer y ahora estaban jugando, Mextina apilaba cubitos uno sobre el otro mientras tenía su vasito con leche en su otra mano, tomando de vez en cuando el contenido.

Mextina volteó al ver que su padre se acercaba, se acercó corriendo a toda velocidad.
—¡Papá, papá! ¡Papá solecito me va a llevar al parque! ¿A dónde vas? ¿A dónde vas?—Preguntó varias veces, curioso y emocionado, viendo cómo su padre caminaba hacia su otro papá.

—Iré a ver a alguien, pequeño, regresaré pronto, cuida de papá solecito en lo que no estoy.—México dijo, sonriendo, agarrando a Mextina para cargarlo, el pequeño asintió varias veces. Argentina solo rió, levantándose para ir a darle un besito en la mejilla a México.

—Gracias, México.

—No tienes porqué agradecerme, es algo que Brasil debe de entender ahora.—Respondió.—¿Por qué no vienes conmigo, solecito? Sería mejor que estemos los dos.

—Mmh, no quiero pelearme con Brasil en frente de los niños.—Rió nervioso, agarrando a Mextina ahora él en sus brazos.—Sigo molesto con él, lo sabes, no quisiera que Mextina me vea molesto con él.

Mextina no entendía de lo que hablaban, así que solo asentía, como entendiendo lo que querían decir, pero la verdad es que no, dejándolo en el sillón para que siga jugando, Argentina acompañó a México hasta la puerta principal.

El pequeño salió del sillón, yendo corriendo a la puerta también para despedirse de su papá. México al verlo, solo sonrió, se despidió de Argentina con un suave beso en los labios y a Mextina le dió un besito en la cabecita.

—Adiós.—Se despidió el pequeño, sacudiendo su manita antes de ver cómo su padre se iba y la puerta se cerraba, fue corriendo de vuelta a la sala de estar para seguir jugando con Argentina.—¡Papá solecito!

—¿Si?

—¿Puedo tener una galleta?

Argentina asintió con una sonrisa, yendo por el frasco, aunque México no estaba muy de acuerdo de darle dulces a su hijo, porque si no, no llega a dormir en la noche, pero era solo una galleta, no le haría daño.

México llegó a casa de Brasil, dónde vivía ahora con Uruguay para cuidar del bebé, apenas llegó y la puerta fue abierta, pudo escuchar el llanto del bebé, era un llanto lleno de desesperación, como si no lo estuvieran atendiendo a sus necesidades.

—¿Dónde está Uruguay?—México preguntó, entrando a la casa para ir a esa habitación, el bebé estaba solo en la cuna, llorando. Se acercó, sacando al bebé de ahí, el bebé se calmó al ver a México.—¿Ya comió el bebé?

—¿Por qué estás aquí, México?

—Argentina me dijo que hable contigo, se que te molesta, wey, pero es serio que hablemos.

—No tengo nada que hablar contigo.

—Claro que si, ¿Cómo puedes ser tan irresponsable con tu hijo, Brasil? No es un juguete, es un ser humano ahora que te necesita para que lo cuides, tiene necesidades, es un bebé.—Habló, molesto, dándole palmaditas en la espaldita al bebé, quién solo comenzó a reír.

Brasil solo se rió también.
—Yo no debería de ser responsable de ese bebé, Uruguay me mintió, me dijo que se había tomado las malditas pastillas que siempre toma, y no lo hizo.

—No es toda su responsabilidad, cabron, debiste de usar condón, aunque él no quisiera, pero es necesario si no querías cuidar de un bebé. Tampoco podías obligarlo a abortar, él quería al bebé porque pensaba que te ibas a hacer cargo.

—Estaba equivocado.

—Debes de ser más comprensivo con Uruguay, cuidar de un bebé no es fácil, además, ¿Cómo te atreves a no ayudarlo después de que lo tuvo? Es muy peligroso, pudo haber un accidente.

México estaba molesto por eso y más, no podía creer que Uruguay hizo todo eso con el dolor de la cicatriz y en todo el cuerpo, le preocupaba no saber dónde estaba ahora. Miró a Brasil, suspirando, agarrando al bebé para dárselo al brasileño, el bebé miró a Brasil con un puchero, pateando a todos lados.

—¿Ves? Ahora no te quiere el wey, ¿No sabes cuidar de un bebé, verdad?—Negó.—No es tan difícil, está pequeño todavía, lo único que tienes que hacer es alimentarlo, cambiarlo, bañarlo, jugar con él y después ponerlo a dormir.

México lo acercó a la cuna, lo iba a dejar pero el bebé comenzó a sollozar. Lo volvió a cargar, pero ahora se lo dió a Brasil para que lo cargue él, se notaba que no tenía experiencia cargando bebés, por lo incómodo que se veía.

—Agarrale la cabecita, no seas pendejo.

Unos minutos pasaron en lo que México ayudaba a Brasil, explicándole lo que tenía que hacer para cuidar del bebé. El bebé miraba con emoción a México, se acurrucaba siempre en su pecho, lo miraba como a su padre, aunque solo lo había visto dos veces, aún así, el pequeño se estaba acostumbrado a la presencia y cariño del mexicano.

Uruguay llego unos minutos después, yendo a la sala de estar para dejar sus cosas, asustandose al ver a México jugar con su bebé, y Brasil también estaba ahí.

—México...

—Lo siento, pensé que Argentina te había dicho que iba a venir, solo estaba hablando con Brasil.

—¿P-por qué? Brasil y yo estamos bien, México, no necesitamos que-

—Se que estás mintiendo, Uruguay. Lo veo en tus ojitos, se que Brasil no te está ayudando con el bebé.—Se acercó a él, con el bebé en brazos.—Te diré lo mismo que le dije a Brasil.

México miró al pequeño, tal vez sea lo mejor para el crecimiento del bebé.

—Si Brasil no se hace cargo del bebé y sigue de la misma forma, tendré que pedir que me den a mi al niño, para que yo lo cuide. Eso significa que a partir de ese momento yo seré el padre de ese bebé.

El mexicano estaba asumiendo una responsabilidad sobre el bebé si no se arreglaban esos problemas, podía hacerlo, lo había hablado con Argentina, el del sol al principio no le agradaba la idea de aquello, pero después solo se quedó pensando en el bienestar del bebé, lo mal que podría pasarla en un ambiente familiar tan malo, tal vez era lo mejor para ese pequeño.

𝐒𝐎𝐋𝐄𝐂𝐈𝐓𝐎, mexarg, terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora