🦋 › ♡˖°꒰ 1 2 9

1.2K 163 117
                                    

Argentina estaba en la sala de estar, alimentando al bebé con cuidado, mientras veía la televisión, estaba solo en casa, México había salido a hacer algunas cosas de su trabajo, por lo que se quedó solo a cargo de Mextina, ya se había acostumbrado...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Argentina estaba en la sala de estar, alimentando al bebé con cuidado, mientras veía la televisión, estaba solo en casa, México había salido a hacer algunas cosas de su trabajo, por lo que se quedó solo a cargo de Mextina, ya se había acostumbrado al bebé tomando de su pecho, por lo que no le importaba mucho, aún así, a veces si sentía algo de dolor y sus pezones quedaban algo hinchados, dolían después un poco.

El bebé se empujó de ahí, siendo cargado por el mayor para que pueda sacar un eructo de bebé. El pequeño después solo se durmió, y también Argentina se durmió, a pesar de lo peligroso que era.

México llegó a casa, viendo que Argentina estaba dormido con el bebé en brazos igual que dormido.

Suspiró, cargando al bebé para llevarlo a la cuna.
—Argentina, no debes de dormirte con el bebé en brazos, ya hablamos de eso.—México le dijo cuando se despertó.

—México... Soy un bebé cuidando de otro bebé, no puedo.

—... Tienes casi mi misma edad, Argentina, te dije que un bebé era una responsabilidad muy grande, no puedes dejarlo solo o dormirte, podría pasarle algo.

Mextina seguía durmiendo, ni en cuenta de nada de lo que pasaba, solo dormía y comía, era lo único que hacía como un bebé de dos meses.

—¿Cómo sabes de cuidar bebés?—Argentina cruzó sus brazos.

—Crie a la mayoría de mis estados cuando eran bebés, son mis hijos después de todo.

Argentina se levantó, viendo al pequeño, debía de tener más cuidado y ser más atento al bebé, lo entendía, pero era difícil hacerlo. Suspiró, abrazando a México con cuidado junto con el bebé.

—Ya, no llores... Iré a dejar al bebé en la cuna para que duerma, después podemos hacer algo si quieres. Podemos ver una película después de comer.

México bajó después de dejar al bebé en la cuna, se acercó a Argentina, dándole un beso en los labios.

—Por cierto, debemos de ir con nuestros hijos a qué conozcan a Mextina, después preparar todo para presentarlo.

—Oh, si...

Iban con los hijos de Argentina, cuando estuvieron ahí, se abrió la puerta, los pequeños al ver la manta que cargaba México, fruncieron el ceño, ya sabían que era, era el bebé.
Argentina se sentó en el sillón, cargando al bebé para que se acerquen a verlo. México se quedaba ahí para que no le hagan nada de daño.

Mextina abrió los ojos, viendo cabecitas a su alrededor, se asustó, pero después rió, asustando a los otros quienes ya casi estaban al punto de darle un manotazo a la carita del bebé.

—Misiones, ven aquí, mi amor, ven a ver al bebé.—México dijo, el pequeño negó, no quería, se quedaba fuera.—¿Por qué no?

—Porque no.

Se acercó a México, cuando el mexicano lo iba a agarrar para alzarlo, Misiones le golpeó las manos, llorando después al ver al bebé, en forma de berrinche.
Estaba terriblemente celoso de Mextina, quien se quejó del ruido, comenzando a llorar también.

—México...—Argentina miró al mexicano, pidiendo que haga algo para calmar a ambos.

México agarró a Misiones en brazos, abrazándolo.

—Ya, ya, mi amor, ¿Por que llorar, mi vida? No debes de llorar por el bebé, ¿No te agrada?—Negó, frotando sus ojos.—¿Por qué no te gusta?

—Feo.

—No, no está feo... Es tu hermanito, tratalo bien. Mextina va a ser su hermanito durante toda la vida, deben de entender eso.

Uno de ellos se acercó, dándole un manotazo en medio de la cara a Mextina para hacer reír a Misiones y que deje de llorar.

Mextina no lloró, más bien se quedó procesando lo que había pasado durante unos segundos.

En caso de los estados de México, estos se lo tomaron bien, les gustaba, era muy tierno el bebé. Los hijos de México eran... Tiernos con Mextina, lo hacían reír en todo momento.

—Si, si, Mextina... Tienes suerte que tú papá ya ha cambiado y ya no te dejará traumas.—CDMX dijo, abrazando al pequeño bebé.—No crezcas como yo, por favor, bueno si...

—¿Pendejo?—EDOMEX preguntó.

—... Guapo, wey.

—¿Es del norte?—Nuevo León preguntó, acercándose para cargar a Mextina.—Tiene cara de norteño.

—Es un bebé, wey. No tiene cara de incestuoso.—CDMX dijo.

Por lo menos se lo estaban tomando bien.

𝐒𝐎𝐋𝐄𝐂𝐈𝐓𝐎, mexarg, terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora