¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—México...
El mexicano estaba en cama durmiendo todavía. Argentina se había levantado primero, bajo a comer algo rápido y fue de nuevo a la habitación. Se subió a la cama.
—México.
No despertaba. Se acercó más, asegurarse de que respiraba, y si, seguía vivo, solo no quería despertarse todavía.
—México...—Argentina seguía queriendo despertarlo, comenzó a moverlo con todas sus fuerzas, pero era imposible.—México... México, México, México....
—Mmh...
—Papi...
—¿Si, mi corazón?—Se despertó casi de inmediato al escuchar eso.
—¡México!—Argentina lo abrazó besándolo en todos lados de su rostro, feliz de que haya despertado. México había llegado la noche anterior muy tarde, en la madrugada, solo lo vio tirarse a la cama y quedarse dormido de inmediato.
—¿Ya? Que bien, me alegra que ya estés comiendo solito, corazón. Vamos, dame besito.
—No...
—Besito.
—¡No!
Argentina hizo un puchero, siendo besado ahora por el mexicano en la cama en su mejilla. Se subió en el mexicano, jugando un poco con sus manos, acostándose en el.
México lo abrazó, cerrando sus ojos. Las mañanas eran tan linda con su solecito.
