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México estaba en una conferencia como cada mes, a su lado tenía a Argentina y por supuesto que a Mextina, el pequeño se escondía en su padre mexicano, tímido y avergonzado de estar ahí, no le gustaba todavía ese tipo de eventos, pero era important...

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México estaba en una conferencia como cada mes, a su lado tenía a Argentina y por supuesto que a Mextina, el pequeño se escondía en su padre mexicano, tímido y avergonzado de estar ahí, no le gustaba todavía ese tipo de eventos, pero era importante dar a ver al pequeño.

—¿Cómo será la educación de su hijo? ¿Lo mandará a una escuela?—Preguntó uno de los entrevistadores. Todos querían saber acerca de Mextina.

—Tenemos planeado educarlo en casa, Argentina le va a enseñar algunas materias y yo también. Mextina va a saber la historia de nosotros dos desde el principio, preferimos educarlo nosotros porque será lo mejor para él.

México y Argentina estaban de acuerdo en que la educación en casa era lo mejor para Mextina. Argentina quería enseñarle muchísimas cosas, además de que era importante que Mextina conozca de ambas culturas y tradiciones.

Mextina miró a Argentina, extendiendo sus bracitos a él. El del sol lo agarró en brazos, sonriendo, siendo abrazado por su bebé, quien se acurrucó.

—¿Argentina tiene planes de tener otro bebé? Si es así, ¿Cuántos hijos piensan tener?

Argentina se quedó pensando, luego mirando a México, no habían dicho nada del embarazo y Argentina ya tenía tres meses.
México asintió, dejando que el menor responda.

—Si tenemos planes para tener más hijos. Estoy esperando un bebé ahora, tengo tres meses, México y yo tenemos la idea de formar una familia grande, con cinco hijos.

Muchos pensarían que cinco hijos es mucho, pero eran países, tenían todo para criar a sus hijos de la mejor forma, darles la mejor vida también. Era la primera vez que se presenciaba aquello.

—¿Habrá una diferencia en la educación si nace niña?

México negó.
—No, claro que no, si nace una niña la vamos a cuidar y criar de la misma forma. Aunque tal vez las posibilidades de una niña sean bajos no vamos a perder la esperanza de que lo sea.

La pareja pensaba en tener una niña, en lo diferente que podría ser, ya que no se veían mujeres, todos eran hombres y que el bebé sea una niña iba a ser una gran diferencia. La educación y crianza seguirán siendo las mismas por supuesto.

—¿Mextina tiene una buena relación con su hermano? ¿Conviven regularmente?

—Si, Mextina ve a su hermano todas la semanas, tiene una relación pacífica y muy buena, juegan juntos todo el tiempo. Pensé que iba a ser difícil que se lleven bien, pero fue todo lo contrario.

—¿Cuál es la relación de sus estados con Mextina desde que entraron a rehabilitación?

México se quedó callado, mirando hacia abajo.
—Desde la reciente entrada de mis estados a rehabilitación no se han visto. Entendí que mis estados podrían ser una mala influencia y que no debí de mantenerlos fuera de su rehabilitación, que era lo mejor para ellos, para mí esposo, mis hijos, incluso para mí.

—¿Usted los va a visitar?

—Si, cada semana en tiempo de visitas voy a verlos para verificar que estén yendo bien con sus medicaciones y terapias. Fue algo difícil de hacer, pero era lo mejor para los demás, para ellos.

—Argentina, ¿Cuál se llevan tus provincias con Mextina? Nunca se ha hablado de ello.

Argentina no sabía bien que decir con eso, realmente no dejaba a Mextina con sus provincias, ya que eran algo celosos con el tema de bebés en casa.

—Mextina no convive con las provincias, ellos no quieren pasar tiempo con él por algunos problemas. Lo prefiero así, hasta que ellos se calmen y acepten a Mextina.

Mextina ya tenía dos años, todavía no aceptaban que Argentina tenía un bebé y andaba en espera de otro.
Tenían que hablar seriamente con ellos, no eran todos aún así, algunos si lo aceptaban e incluso preguntaban por Mextina, eran más los pequeños, los que siempre andaban colgados de México, yendo con él a todos lados, los consentidos del mexicano que hacían berrinche.

Mextina miró hacia la audiencia, escondiéndose una vez más, luego volviendo a ver y regresando a su posición.
Se le fue acercado el micrófono, Mextina lo miró, agarrandolo con su manita.

—Di cualquier cosa, mi amor.—México dijo, acariciándole el cabello al pequeño quien temblaba.—Si no quieres hacerlo solo dame el micrófono, no te preocupes.

Negó.
—U-Uhm... M-mi papá México... Me hizo sopita de verdura...—Dijo en el micrófono. No sabía que decir.—Estaba rica.

Mextina era una ternura.

𝐒𝐎𝐋𝐄𝐂𝐈𝐓𝐎, mexarg, terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora