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México miró a Argentina, quien estaba del otro lado en la junta mensual, los habían separado porque siempre andaban dándose besitos de vez en cuando y eso distraía a veces a los demás quienes se sentían algo incómodos. No pensaba que los iban a separar como a niños pequeños.
Se miraban de vez en cuando, sonriendose. Entre ellos estaba Chile y Brasil, quienes se sentían algo incómodos de que ambos estén literalmente coqueteando desde lejos como si solo fueran ellos dos en la sala.
—Estados Unidos Mexicanos, República Argentina.
México odiaba ese nombre. No ayuda que su ex novio sea Estados Unidos y tenga que escuchar, escribir y leer su nombre completo en todos lados.
Pararon, prestando atención mejor a lo que se decía, era lo de siempre, que deben de cuidarse, y cuidar a sus hijos, a sus estados, provincias, lo que sea, pero que los cuiden.
Los desastre naturales en ellos, en los estados o provincias, se muestran como malestares, enfermedades que deben de ser controladas por el país, o sea su padre como se le diría. México ayudaba mucho a sus pequeños desde que eran pequeños con ese tipo de cosas.
Al finalizar la junta, todos se levantaron, México se fue a abrazar a Argentina, besándolo en todos lados de su carita linda y preciosa, lo abrazaba con tanto amor y lo besaba de igual forma. Argentina sonreía, besándolo de vuelta.
Estaban teniendo algunos problemas, fuera del tema del bebé, pero ellos como figuras representativas, digamos que no muchas personas aceptaban que su representación este con otro hombre, y que lleven tantos años ocultándose.
Varios querían la completa destrucción de esa relación, por la buena o por la mala.
