🌻˗ˏ✎ 𝟎𝟑7 *ೃ

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Las mañanas ya eran frías, Argentina no quería salir de la cama aún si usaba millones de capas de ropa y dormía con cinco sábanas, seguía teniendo frío

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Las mañanas ya eran frías, Argentina no quería salir de la cama aún si usaba millones de capas de ropa y dormía con cinco sábanas, seguía teniendo frío. No entendía como México se levantaba tan fácil después de solo ponerse algo de ropa para protegerse del frío.

—Solecito, se que tienes frío, pero debes de comer algo, te hice sopita de letras como te gusta, mi amor.—Sonrió México con un plato. Argentina de inmediato se sentó en la cama.

—Dame, dame...—Extendió sus bracitos hacia el mexicano, queriendo comer su sopita. México se acercó, dejando el plato a un lado de la cama en la pequeña mesa de noche.

México le daba de comer la sopita con la cuchara, con cuidado de no derramar nada sobre la cama. Argentina solo hacia su trabajo de abrir la boca y tragar. De paso también recibía besitos en la mejilla o en cualquier parte de su cuerpo. Las ventanas cerradas, el cielo era gris y llovía levemente, se escuchaban las gotas chocar contra las ventanas.

—¿Qué ocurre, pequeño? ¿Quieres que me quedé en la cama contigo?—Preguntó. Argentina asintió, temblando leve del frío que le estaba dando en sus manos. México las agarró, frotando estás entre sus grandes manos calidas.

México se levantó para llevar los platos a la cocina, cuando Argentina metió sus manitas debajo de la camisa del mexicano, sintiendo no solo el calor del abdomen del mismo, pero también sintiendo lo marcado y trabajado que estaba, era una excusa para tocarlo, si.

—Ah... ¿Que estás haciendo, corazón?

—Caliento mis manos.

—Si sigues así te haré otra cosa para calentarte.

𝐒𝐎𝐋𝐄𝐂𝐈𝐓𝐎, mexarg, terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora