Era una noche lluviosa, Mextina estaba en su cama, tapado hasta mitad de su carita, abrazado del peluche de sol como todas las noches, no quería ir al cuarto de sus papás y pedirles dormir con ellos, no, Mextina quería ser un niño valiente y grande que no le tiene miedo a la tormenta de fuera junto con los relámpagos.
—No te preocupes, señor sol, yo te cuido, no hay nada de que asustarse.—Le dijo a su peluche, mirándolo, le dió un beso y después lo abrazó.—Solo es lluvia.—Susurró, acurrucándose debajo de sus sabanas.
De repente dió un salto por el estruendo que se escuchó. Temblando, salió corriendo de la cama, abriendo la puerta y corriendo tan rápido como sus piernitas le permitían hasta la habitación de sus papás. Abriendo de repente, se colocó del lado donde México dormía.
México le daba la espalda ya que dormía abrazado a Argentina como siempre, el del sol acurrucado en su pecho, tranquilamente durmiendo, frotandose de vez en cuando con su pecho.
—P-p-papá...—Llamó, jalando de su camisa.—Papá, tengo miedo, ¿Puedo dormir con ustedes?
México se fue despertado poco a poco hasta notar a su pequeño a su lado quien lo miraba aterrado. Pudo escuchar ahora todo el ruido de la tormenta por lo que entendió.
—Está bien, pero ten cuidado, papá solecito está muy cansado así que no lo vayas a despertar.—Habló, cargandolo para subirlo a la cama.
Aún así, Mextina se quedó de lado de México, acostándose así con él. México no hizo nada con eso, solo suspiró, abrazando a su hijo para dormir, lo tapó con la sábana y le dió su peluche. Mextina se durmió a los pocos minutos al igual que México.
A la mañana siguiente, Argentina despertó, viendo la linda escena de su hijo durmiendo en el pecho de México, sosteniendo su peluche y la mejilla aplastadita en el pecho de su padre, incluso babeaba, estaba en un profundo sueño.
Sonrió, dándole un beso en la frente a su pequeño y también a México. Eran las ocho de la mañana, Mextina se despertó después de unos minutos, le encendieron la televisión de la habitación para que vea sus caricaturas en lo que sus papás se arreglaban para el día.
Ese día iban a ir al hospital, Argentina debía de ir a su chequeo mensual por el embarazo, Mextina por fin iba a poder ir a ver un ultrasonido dónde aprecie a su hermanito, estaba emocionado, incluso ya había apartado un lugar en su cama para cuando llegue el nuevo bebé.
—Ven, mi amor, te debo de poner tus zapatitos.—México habló cuando vio que Mextina salía de la cama al terminar de vestirlo con su ropita abrigada, yendo corriendo detrás de Argentina para ayudarlo.
—Pero debo de ayudar a papá solecito.
—No te preocupes por tu papá solecito, él está bien, no te vayas a caer, déjame te pongo tus zapatos.—Lo agarró, sentandolo en la cama, colocándole el calzado, sus típicos zapatos con lucecitas que usaba siempre.
Dejó que se fuera a jugar abajo. México ayudó a Argentina a bajar las escaleras, con cuidado como siempre, sonriendole de vez en cuando para darle confianza. Casi al final, el mexicano lo agarró en sus brazos con cuidado, besandolo en los labios varias veces, haciendo a Argentina reír.
—¿Qué tienes, solecito? Te veo incómodo.
—Oh, eso... Son malestares del embarazo, no te preocupes, estoy bien.—Habló, acariciándole la mejilla a su esposo, yendo dónde su hijo. Mextina estaba listo, ya quería ir a ver al nuevo bebé.
Llegando al hospital, Mextina cargado en brazos, viendo a todos lados. Entraron a una habitación donde su papá solecito fue sentado en una cama, ¿Qué le iban a hacer?
OMS era el encargado de ver por el embarazo, no se esperaba que trajeran a Mextina, pero lo dejó pasar para que vea también.—¿Qué le van a hacer a papá solecito?—Preguntó.
—Van a ver al bebé.—México contesto, sentándose en una silla de ahí con Mextina todavía en sus brazos.—En esa pantalla de ahí podrás ver al bebé, así fue como te vimos a ti.
Mextina asintió, entusiasmado de conocer más. El ultrasonido dió lugar, el bebé estaba creciendo bien, saludable, no había problema alguno, pero... Había algo extraño, México se levantó con Mextina en brazos cuando se le pidió acercarse.
—¿Es algo malo?—Argentina preguntó, preocupado. No quería que su bebé está mal, había estado sintiéndose más cansado de lo normal, mucho más que su primer embarazo.
—No, nada de eso. Felicidades, son gemelos.
La pareja se quedó callado al escuchar aquello, luego se miraron. Argentina casi se desmaya al saber eso, si de por si tener uno dentro era difícil, ahora pensaba en lo difícil que iba a ser tener dos. Se arrepentía de haber pedido otro bebé, pero no había nada que se pudiera hacer.
México estaba feliz.
Mextina estaba confundido por su parte.—¿Qué significa gemelos?—Le preguntó a México, mirándolo.
—Significa que papá solecito va a tener dos bebés.—Le explicó.—Vas a tener dos hermanitos, mi vida, ¿No te emociona?
—... Solo quería uno...
Mextina cruzó sus brazos con un puchero al decir aquello. Ahora ya no iba a tener espacio en su cama, ¿Dónde iba a dormir el otro bebé? Su cama era chiquita, ¿Cómo iba a compartir su camita?
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𝐒𝐎𝐋𝐄𝐂𝐈𝐓𝐎, mexarg, terminada.
Fanfic︵︵︵︵︵︵︵ ˗ˏ 🌥️ ˊ˗︵︵︵︵︵︵︵︵ 𝑆 𝑂 𝐿 𝐸 𝐶 𝐼 𝑇 𝑂 ━━━━━━━━ ❛🍒❜ « ¡𝐒𝐨𝐥𝐞𝐜𝐢𝐭𝐨! 𝐄𝐫𝐞𝐬 𝐦𝐢 𝐬𝐨𝐥𝐞𝐜𝐢𝐭𝐨 𝐥𝐢𝐧𝐝𝐨, 𝐝𝐞́𝐣𝐚𝐦𝐞 𝐚𝐠𝐚𝐫𝐫𝐚𝐫 𝐭𝐮 𝐦𝐚𝐧𝐢𝐭𝐚 𝐲 𝐝𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐛𝐞𝐬𝐢𝐭𝐨𝐬 𝐞𝐧 𝐭𝐨𝐝𝐨 𝐬𝐮 𝐫𝐨𝐬𝐭𝐫𝐨. 𝐒𝐨𝐥𝐞𝐜𝐢...