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México se reunió con las provincias de Argentina, los pequeños al verlo llegar corrieron hacia él riendo y felices, aferrándose a su cuerpo para que juegue con ellos y los cargue en brazos como suele hacer cada que va de visita con Argentina, pero...

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México se reunió con las provincias de Argentina, los pequeños al verlo llegar corrieron hacia él riendo y felices, aferrándose a su cuerpo para que juegue con ellos y los cargue en brazos como suele hacer cada que va de visita con Argentina, pero ahora el del sol no estaba, seguía en el hospital.

—No vine a jugar, mis amores, vine a hablar con ustedes sobre algo.—Les dijo, acariciandoles el cabello. Ellos ya sabían del bebé, y estaban en desacuerdo, no querían ver al bebé y mucho menos que sea parte de la familia.

México los sentó ahí, viéndolos cuando estaban todos reunidos. Aunque algunos fueron con él para sentarse en sus piernas.

—Deben de entender que la llegada del bebé no va a afectar a nada, solo vamos a darle más atención a Mextina porque es un bebé recién nacido.

—Pero ya no vas a jugar con nosotros...—Dijo uno de ellos, mirando hacia abajo bastante triste.

—Ya no son unos niños, no creo que me necesiten a mi que no soy su padre además, su padre es Argentina, no yo. Entiendan que el bebé es algo importante, Argentina los quiere mucho a todos ustedes, pero ahora Mextina es una prioridad.

Mextina estaba en el hospital en la sección de bebés durmiendo en la cunita, se la había pasado durmiendo, aunque ya toda la población de ambos países estaban en espera de una noticia del bebé.

La presentación de Mextina a los medios era importante, pero de debía de esperar hasta que el bebé cumpla el año de nacido.
Argentina era el más nervioso en eso, no quería presentar a su bebé, tenía mucho miedo, aunque le dijeran que nada iba a pasar, que cuando sea la presentación del bebé iba a haber mucha seguridad para que nadie les haga daño.

México después de eso, fue a ver a sus hijos, a sus estados.
Sus estados al abrir la puerta, solo era su padre, sin Argentina y sin bebé.

—¿Dónde está el bebé?—Sinaloa preguntó.

—El bebé está en el hospital con Argentina. No sé preocupen, están bien ambos, quería venir a decirles eso, y además de que saben que en unas semanas será la cena entre ustedes y los hijos de Argentina.

—Después de dieciséis años.—CDMX habló sin muchas ganas de ver a su padre.

—No actuen inmaduros o rudos con ellos, son muy pequeños, son como pequeños niños, no vayan a lastimarlos.—México dijo.—Y mucho menos andén tratando de hacer... Sus cosas con ellos.

Miraron a Nuevo León.

—No me miren así, no me cojo a hermanastros.

México no era estúpido, sabía lo que sus hijos eran capaces y no iba a permitir ese tipo de cosas entre ambos.

𝐒𝐎𝐋𝐄𝐂𝐈𝐓𝐎, mexarg, terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora