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México regresaba a casa por la tarde, siendo recibido por sus hijos quienes andaban jugando y al mismo tiempo viendo la televisión en la sala de estar en lo que Argentina terminaba algunos papeles importantes de su trabajo

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México regresaba a casa por la tarde, siendo recibido por sus hijos quienes andaban jugando y al mismo tiempo viendo la televisión en la sala de estar en lo que Argentina terminaba algunos papeles importantes de su trabajo. Al escuchar a sus hijos reír, se levantó con una pequeña sonrisa, recibiendo a su esposo.

—¿Cómo te fue el día de hoy?—le preguntó al mexicano cuando se acercó para saludarlo y darle un beso en los labios.

—Estuvo mejor que hace unos días, mi amor. Te traje estos girasoles, hacía mucho que no te compraba algunos y decidí que hoy era un buen día para dartelos.—le explicó con una sonrisa, dandole otros pequeños besos en la mejilla.—¿estás ocupado, corazón?

—¿Ah? Si, solo un poco.—rió nervioso, agarrando los girasoles y viéndolos con mucho cariño. Había extrañado los regalos que le hacía México a veces. Le hacía recordar cuando apenas eran novios y México le enviaba flores cada semana.

—¿Hay algo en lo que te pueda ayudar, solecito?

—No, no, no te preocupes. Ve a ver a los niños, por favor. Se que ellos te han extrañado bastante.—le dió golpecitos en el pecho, después volviendo a sentarse para proseguir con su trabajo. México se fue directo con sus hijos, siendo abrazados por ellos al instante..

Los pequeños gemelos ya podían caminar, tenían tres años ya. Era sorprendente aún así lo bien que caminaban, y es que tal parecía que los niños nacidos entre dos países nacen siendo superdotados, diferentes a un bebé humano normal. Mextina de igual forma ya podía realizar actividades que para un niño de edad hubieran sido complicadas, una de esas es servirse su propia leche de chocolate, esto con supervisión obviamente de México o de Argentina.

Mextina pedía hacerlo solo, incluso hacía su camita todas las mañanas y doblaba su ropita cuando sus padres terminaban de lavar. Le gustaba hacerlo, moverse de un lado a otro y después ir a jugar todo lo que quería con sus hermanitos, los cuales también cuidaba.

—¡No! Eso no se come. Es peligroso.—Mextina regañó a uno de sus hermanitos, quitándole la pieza que se estaba por meter a la boca.—juega esto.—le dió un peluche, a lo que el bebé comenzó a abrazar y hacer como si hablara con él, de igual forma interactuando con su otro hermanito con los peluches.

Mextina hacía un rompecabezas mientras miraba la televisión que México había cambiado para ver qué más había. Los bebés parecían estar muy enfocados en su juego que ni en cuenta de que habían cambiado su programa favorito de esa hora.
Mextina miró la televisión por un momento, quedándose a ver un rato.

México cambió el canal de inmediato al infantil cuando en la televisión mostraron imágenes algo fuertes de una balacera en uno de sus territorios. Si, no era buena idea ver las noticias con los bebés ahí. Mextina por suerte no alcanzó a ver bien por lo que otra vez se enfocó en su juego.
Suspirando el mayor, se quedó vigilando a los tres niños, después yendo a la cocina para llevarlas alguna comidita rápida.

Los gemelos tenían su botellita de leche como siempre y a Mextina le tocó un platito con diferentes frutas.
México apenas se levantó del sillón una vez más para ir a ver cómo estaba Argentina escuchó el gritito de un bebé y luego una risa.

—¡No! No, no, no hagas eso, mi amor.—México levantó rápidamente a los dos bebés que habían abierto de alguna forma el biberón y tirado la leche al suelo al tratar de alimentar a sus peluches como parte del juego.

Argentina llegó también, preocupado, viendo a los dos bebés riendo y con la ropita mojada por el líquido que se les había caído.
—solo fue un accidente, solecito. Iré a darles un baño y cambiarlos, cuida de Mextina mientras tanto.—le pidió a Argentina quien no solo se quedó a ver a Mextina pero también a limpiar el desastre que se había hecho.

México cargaba a los dos bebés en uno de sus brazos cómo si nada, era la suerte de ser bastante fuerte y grande.

A los dos gemelos les gustaba hacer travesuras a veces.

𝐒𝐎𝐋𝐄𝐂𝐈𝐓𝐎, mexarg, terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora