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Mextina no mantenía una buena relación con los estados de su padre; México

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Mextina no mantenía una buena relación con los estados de su padre; México. Cuando era bebé lo cuidaban de vez en cuando, y parecía que iban a crecer queriendose mucho como los otros pero, nada de eso salió como se planeó. Mextina tenía problemas con ellos desde que comenzó a ganar conciencia de que debía de pelear por territorio contra ellos. Era algo constante y parecía no detenerse. No quería ser el estado treinta y tres de su padre, ni mucho menos otro municipio de uno de los estados.

—Nomás acéptalo, wey, ¿Por qué le haces a la mamada? Acepta ser parte de mí y dejemos este pedo. —CDMX habló con el hijo de su padre, dejándole sobre la mesa los papeles que debía de firmar.

—Nunca sería parte tuya.

—¿Y por qué no, wey? Soy la capital. —sonrió.

—¿Y a mí que verga me importa que seas la capital, wey? Eres un desastre y ni vos sabés cómo controlar tu territorio. —se quejó, cruzando sus brazos.

—Ugh. —se quejó CDMX. —Ganas no me faltan de agarrarte a vergazos uno de estos días, cabron. No lo hago por respeto a papá y porque no quiero volver al reclusorio. —amenazó.

Mextina tenía que tomar una decisión pronto. Ser una parte independiente de su padre no era buena idea sabiendo como reaccionó México en el pasado con aquella palabra. Ser parte de su padre Argentina tampoco era buena idea. Unirse a Buenos Aires era un suicidio.

En pocas palabras debía escoger el menos horrible.

—¿No puedo solo unirme a otro estado? —preguntó Mextina.

—¿A quien quieres, wey?

—Yucatán.

CDMX rió con eso, quitándole el documento. —Tu decisión es irte con el pinche hipócrita de Yucatán, ¿Es neta?

—Prefiero eso.

—Tienes que decirle a papá entonces. Nomás ten cuidado que se pone histérico de repente si no haces lo que te dice. —habló, saliendo de aquella sala para ir con los otros estados quienes esperaban.

—¿Qué te dijo? —EDOMEX cuestionó.

—Que no, wey. Es un dolor de cabeza el morro, no se como papá lo aguanta. —se quejó, sentandose en el sillón para pasar sus manos por su rostro. —quiere irse con Yucatán.

Todos miraron a Yucatán.
—No. No voy a aceptar a ese wey. —el yucateco respondió al ver que buscaban que diga algo. Yucatán no quería tener la responsabilidad de estar cuidando de otro más. Suficiente tenía con Quintana Roo en ese momento.

Mextina debía de aceptar si o si a CDMX.

𝐒𝐎𝐋𝐄𝐂𝐈𝐓𝐎, mexarg, terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora