[32] ACAMPANDO

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Cuando Daryl y Lara regresaron a la granja, vieron que el resto de sus amigos también habían estado ocupados. Habían montado sus tiendas a la sombra de la pequeña parcela de árboles, tendido cuerdas para tender la ropa y preparado un pequeño hoyo para hacer fuego en medio de las tiendas. Glenn vino corriendo hacia Lara y Daryl, con una sonrisa plasmada en su rostro.

—¿Adivina qué? —exclamó Glenn.

—Espera, espera —dijo Lara—. Te encontraré en tu tienda en cinco minutos. Solo tengo que devolverle a Rick su arma.

Glenn asintió ansiosamente antes de salir corriendo y, cuando se fue, Daryl parecía impresionado—. Tuvo sexo.

Lara casi se ahoga—. ¿Qué?

—¿No viste su cara? —preguntó Daryl—. Es obvio.

—Para ti —dijo Lara, mientras se dirigía hacia Rick—. De todos modos, gracias por salvarme antes, y ya sabes, dejarme ir contigo en primer lugar.

—De nada —respondió Daryl—. Voy a buscar a Carol.

Lara asintió—. Voy a buscar a Glenn.

Ella le devolvió a Rick su arma, dándole la noticia de que no lograron encontrar a Sophia, pero sí encontraron una posible pista, antes de dirigirse a la tienda donde Glenn estaba esperando. Se metió dentro y vio que él ya había desempacado la mayoría de sus pertenencias, colocando un saco de dormir en el lado opuesto de la tienda de él.

—Pensé que tal vez querrías compartir con Daryl, pero Rick me dijo que no puedes hacerlo — dijo Glenn—. ¿Algo sobre que eres su hermana pequeña y no puedes compartir con chicos o algo así?

—Pero estoy compartiendo contigo —dijo Lara.

—Bueno, también dijo que soy la excepción —respondió Glenn con una sonrisa.

Lara suspiró, cayendo sobre el saco de dormir—. Sólo hay seis años entre nosotros. Ya no soy una adolescente.

—Rick parece pensar que lo eres —dijo Glenn—. Pero de todos modos, ¿adivina qué?

Lara recordó lo que Daryl había dicho—. ¿Tuviste sexo?

El rostro de Glenn cayó en asombro—. ¿Qué? ¿Cómo puedes saber eso?

—Lo pude ver en tu cara —respondió Lara—. Entonces, ¿fue con Maggie?

—Sí —dijo Glenn—. Lo fue, y fue increíble.

Lara extendió una mano—. No necesito demasiada información. Aunque me alegro por ti.

—Gracias —sonrió Glenn—. Entonces, ¿pasó algo interesante contigo y Daryl hoy?

—Si por interesante te refieres a casi morir por un caminante y luego caer a través de una tabla rota en una escalera, entonces sí —respondió Lara.

—Eso no es realmente lo que quise decir —dijo Glenn—. Pero al menos casi te mata un caminante.

—Sí —dijo Lara—. Daryl me respaldó. Fue extraño. Parecía diferente hoy.

—¿Cómo? —preguntó Glenn, metiéndose en su saco de dormir.

—No lo sé —respondió Lara—. Simplemente parecía muy... suave, ¿tiene sentido? Me contó esta historia sobre una rosa Cherokee y fue hermosa. No pensé que él creería en cosas como esa, pero lo cree y fue agradable ver eso.

—¿Larita está enamorada? —preguntó Glenn bromeando.

Lara puso los ojos en blanco—. No. No, no lo estoy.

DANGER ZONE | Daryl Dixon ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora