[130] MONSTRUO

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Lara dejó de luchar cuando la puerta se cerró, cayendo contra el asiento con los ojos cerrados, las manos cubriendo su rostro mientras dejaba que el sollozo más doloroso se abriera paso fuera de su garganta. La estaban separando de su familia; se la estaba llevando un monstruo, el mismo monstruo que tenía a su esposo en la parte trasera de una camioneta como un animal. Podía sentir a la bebé moviéndose en su estómago, y la sensación solo la hizo llorar más fuerte.

Ella odiaba esto.

Odiaba lo que le había pasado a Glenn, a Abraham, a Maggie, a Rosita, a Sasha y a todos los miembros de su familia. Odiaba que se hubieran visto obligados a ver cómo sucedía esto; perder dos de los suyos justo en frente de sus ojos. Quería matar a Negan por lo que había hecho, y la ira que se asentó cuando el dolor comenzó a desvanecerse la llenó de rabia.

La puerta del lado del conductor se abrió y el mismo Negan subió al auto—. Hola, cariño. Vamos a dar un paseo.

Lara se alejó de él, mirando por la ventana con la mano presionada contra el vidrio mientras su familia desaparecía de la vista cuando el auto comenzó a moverse. La puerta estaba cerrada; ya lo había oído hacer clic, y ya había dado demasiada pelea. Si no hubiera estado embarazada, habría pateado y gritado hasta que la soltaran, pero ya no solo estaba cuidando de sí misma. También estaba cuidando a su bebé.

—Lamento lo que hice —dijo Negan—. Pero tenía que pasar.

—¿En serio? ¿Eso crees? —se burló Lara.

—Sí —respondió Negan—. Tenía que dar un ejemplo.

—¿Matando al esposo de una mujer embarazada? —espetó Lara, dirigiendo su mirada hacia Negan—. Porque eso es lo que acabas de hacer, maldito ignorante. Ese hombre que acabas de matar a golpes era el esposo de una mujer embarazada. Por eso estábamos ahí fuera. Estábamos tratando de conseguirle ayuda, así que felicidades. Acabas de matar a una mujer y a su bebé.

Negan pareció aturdido por un momento—. ¿Ella es la que parecía enferma?

—Sí —respondió Lara secamente—. Te felicito. Espero que estés feliz.

—No lo sabía.

—Porque no te molestaste en preguntar —dijo Lara—. Pero ya no importa, ¿verdad? Mi mejor amigo murió por tu culpa, se llevaron a mi esposo como un animal y yo estoy atrapada aquí contigo. ¿Qué diablos me vas a hacer?

—¿A ti? —repitió Negan—. Nada. Solo eres mi seguro en caso de que Rick intente algo. Lo que te pase a ti realmente está en sus manos, porque si intenta algo, bueno... ya has visto lo que le pasa a la gente que me pone a prueba.

—Los golpeas hasta matarlos —respondió Lara—. Eres un monstruo.

—No soy un monstruo, cariño —dijo Negan—. Solo soy un hombre que está tratando de sobrevivir como todos los demás.

—¿Y el chico que tus hombres mataron a golpes en Hilltop? El niño inocente de 16 años que asesinaron —se detuvo por un momento mientras tomaba aire—. ¿Esa es tu forma de sobrevivir?

—¿Dijiste que era un niño? —preguntó Negan—. Porque yo no mato niños.

—Bueno, tus hombres sí —escupió Lara—. Su nombre era Rory.

Lara se dio la vuelta y miró por la ventana. Negan suspiró—. Mira, yo no mato niños. Eso no es lo que hacemos.

—No, sólo le rompes el cráneo a la gente —dijo Lara, tragando saliva para combatir el nudo en la garganta—. Y haces... haces que su familia mire.

—¿Estás bien? —preguntó Negan, notando el temblor en la voz de Lara.

—Vete a la mierda —respondió Lara en voz baja—. Eres un monstruo. No eres más que un matón que toma lo que quiere porque cree que puede. ¿Qué le vas a hacer a Daryl?

DANGER ZONE | Daryl Dixon ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora