[105] ENTREVISTAS

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Lara fue la siguiente en ir tras Rick, y con un asentimiento reconfortante de su hermano mientras salía de la casa, entró y se encontró con la mujer, que supuso que era Deanna, en la puerta.

—Hola, Lara —saludó la mujer—. Mi nombre es Deanna. Tu hermano me habló mucho sobre ti, pero todavía tengo algunas preguntas, ¿te importa?

Lara estaba tensa, no mentiría. Estaba sola, en un ambiente desconocido, con una mujer que parecía lo más tranquila posible. Lentamente, asintió.

—Entiendo que estés nerviosa —dijo Deanna, señalando el sofá frente a donde estaba sentada—. Y entiendo que has pasado por mucho durante esta crisis. No te importa si grabo nuestra charla, ¿verdad?

Lara negó con la cabeza—. No, adelante.

El sonido de una cámara encendiéndose hizo que Lara se estremeciera. Deanna volvió a sentarse, ajena a su reacción—. ¿Cuánto tiempo has estado ahí fuera?

—Desde el principio —repuso Lara—. Nosotros... mi cuñada, mi sobrino y un... amigo de la familia, fuimos a Atlanta.

—¿Qué pasó después?

—Hicimos campamento por un tiempo —respondió Lara, encontrando difícil recordar su tiempo antes de este momento. No fue porque lo hubiera olvidado, sino más bien porque los recuerdos eran muy dolorosos—. Éramos bastantes.

—¿El mismo grupo con el que estás ahora? —preguntó Deanna.

Lara sonrió con tristeza—. No... no quedamos muchos del grupo original. Conocimos a la mayoría de los demás en el camino.

—Rick me dice que estás embarazada —dijo Deanna, y Lara se cubrió el estómago con la mano inconscientemente—. ¿El padre está por aquí?

—Sí —respondió Lara—. Está con nuestro grupo. Su nombre es Daryl.

—¿Y el bebé es suyo? —preguntó Deanna.

Lara jadeó—. ¿Qué clase de pregunta es esa? Por supuesto que sí.

—Solo estoy siendo minuciosa —dijo Deanna con calma—. ¿Qué pasó después de Atlanta?

Lara todavía estaba enojada mientras hablaba—. Nos dirigimos al Fuerte Benning. Nos quedamos en una granja por un tiempo, pero fue atacada por una horda de caminantes. Luego encontramos una prisión, pero fue destruida por un hombre llamado el Gobernador. Después de eso, nuestro grupo se separó por un tiempo y nos encontramos en este lugar llamado Terminus. Resultó que comían personas. Salimos de allí y hemos estado en la carretera desde entonces, en dirección a DC.

—Entiendo que esto debe haber sido difícil para ti —dijo Deanna—. Sobre todo estando embarazada.

—Nunca podrías entenderlo —dijo Lara en voz baja—. No a menos que hayas estado ahí tanto tiempo como nosotros. Te cambia.

—¿Has matado gente? —preguntó Deanna.

—Sí.

—¿Se lo merecían?

—Sí.

—¿Mataste a alguien que no lo mereciera? —preguntó Deanna.

—No —respondió Lara—. No matamos a menos que ellos intenten matarnos primero. ¿Puedo hacerte algunas preguntas?

—Por supuesto.

—¿Qué es este lugar? ¿Por qué parece que aquí no pasó nada? —preguntó Lara.

—Esta comunidad fue construida con su propio suministro de energía reutilizable —explicó Deanna—. Los muros fueron construidos por mi esposo, Reg. Es profesor de arquitectura. Y cuando llegaba más gente, teníamos más ayuda. Contamos con agua, luz, alcantarillado funcionando.

—¿Y no comen personas? —preguntó Lara. Deanna sonrió, pero Lara negó con la cabeza—. No es una broma. Estoy hablando en serio.

—No comemos personas —respondió Deanna—. Estamos tratando de proporcionar sostenibilidad. Normalidad. Tenemos una sociedad trabajadora; una escuela, una granja y todos tienen un papel que desempeñar. ¿Qué hacías antes de todo esto?

—Era maestra en la escuela de mi sobrino —respondió Lara.

—¿Maestra? —preguntó Deanna—. Bueno, parece que te encontramos un trabajo.

Los ojos de Lara se agrandaron—. ¿Cuántas personas hay aquí?

—Bastantes —respondió Deanna—. De todas las edades. Tu bebé crecerá seguro.

Lara miró a Deanna—. ¿Cómo sabemos que podemos confiar en usted?

—No lo saben —respondió Deanna—. Pero te prometo que estás a salvo aquí.

—Esa es la cosa —dijo Lara—. Me lo han dicho tantas veces, tantas personas, y eventualmente, siempre termino de nuevo en la carretera. ¿Por qué nos quieres aquí? A un grupo de asesinos. Porque hemos matado gente. Diablos, vi al mismo tipo que intentó violarme desangrarse frente a mí, y cuando regresó, aplasté su cráneo con mi pie.

—Porque saben cómo sobrevivir ahí fuera —respondió Deanna—. Tu grupo es el primero que tenemos la posibilidad de aceptar desde que empezó todo esto. Ya sabes cómo es ahí fuera. Pueden ayudarnos a sobrevivir. Tú, tu hermano, tu esposo...

—¿Cómo lo sabes? —preguntó Lara.

—Soy excepcionalmente buena para leer a la gente —respondió Deanna.

—Yo también —dijo Lara—. Me enorgullezco de poder leer a la gente. Puedo ver una situación en formas en que mi hermano no puede.

—¿Y cuál es tu opinión sobre mí? —preguntó Deanna—. ¿Sobre todo esto?

Lara miró a su alrededor, a los libros prolijamente apilados en los estantes, los lujosos cojines del sofá y los pisos perfectamente pulidos—. Creo que dices la verdad, pero también creo que eres ingenua.

—¿Cómo es eso?

—No has estado ahí —dijo Lara—. No sabes cómo es. Me encantaría vivir aquí, pero no puedo hacerlo a menos que sepa que es seguro. Las paredes no significan nada si el interior tampoco es seguro.

—Lo entiendo —dijo Deanna, señalando el rostro de Lara—. Y esa es la misma mirada que tenía tu hermano. El escepticismo; la incredulidad. Estoy segura de que el resto de tus amigos tendrán el mismo aspecto. Tengo algunas preguntas más... esa niña de ahí afuera, ¿es tuya?

—No —respondió Lara—. Es mi sobrina. Carl es mi sobrino. Rick es mi hermano. La única familia que me queda. De sangre, de todos modos. Esa gente de ahí es mi familia, y moriríamos el uno por el otro.

—Ese es un buen vínculo para tener con la gente —dijo Deanna—. Y tu esposo; ¿cuándo te casaste?

Lara sonrió al pensar en Daryl—. Bueno, se unió a nuestro grupo en Atlanta unas semanas después de que llegáramos, y éramos amigos... más o menos. Simplemente sucedió. Nos comprometimos cuando estábamos en la prisión, y luego encontramos a Gabriel y su iglesia, y nos casó. Realmente no tuvimos la oportunidad de celebrarlo debido a... cosas —no se atrevía a hablar sobre Beth—. Sé que parece estúpido casarse con alguien en medio de todo esto, pero nunca encontraré a alguien tan bueno como Daryl.

—Y van a tener un bebé juntos —dijo Deanna.

Lara asintió—. Sí.

—Bueno, entonces hemos terminado con esta entrevista y te instalaremos. Te presentaré a nuestro médico. Por supuesto, no tenemos el equipo de ultrasonido, pero él puede hacer los chequeos básicos.

—Eso sería increíble —respondió Lara—. Gracias.

—Estoy segura de que encajarás bien aquí —dijo Deanna.

Se estiró para colocar una mano sobre los brazos de Lara, sorprendida cuando se estremeció. Lara parecía avergonzada—. Lo siento, solo... tengo problemas para estar cerca de extraños. No... no me gusta que me toquen personas que no conozco.

Deanna asintió—. Recordaré eso. Bueno, creo que hemos terminado aquí. Supongo que tu esposo es el siguiente.

Lara resopló—. Buena suerte.

DANGER ZONE | Daryl Dixon ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora