[53] UN TRATO

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Mientras los llevaban afuera, Lara les preguntó sus nombres. Thomas, el del arma, era el líder, luego estaba Axel, el rubio que no parecía tan peligroso; Andrew, el más bajo de los otros tres; Oscar, el que se preocupaba por su familia, y luego Big Tiny, que hacía honor a su apodo porque era enorme.

Daryl se aseguró de mantenerse cerca de Lara mientras seguían a los prisioneros afuera, y ella tenía una mano en su arma en todo momento. Se había vuelto buena leyendo a la gente, porque cuando era maestra tenía que ser capaz de leer las expresiones de los niños, y ni Axel, Oscar o Big Tiny parecían causar muchos problemas, pero desconfiaba de Thomas y Andrew. Mientras que los otros tres no parecían una gran amenaza, excepto por la altura y los músculos de Big Tony, Thomas le dio a Lara un mal presentimiento.

—Demonios, el sol se siente bien —dijo Oscar.

—Dios mío —jadeó Axel, los ojos vagando hacia los cuerpos que cubrían el patio—. Están todos muertos.

—Nunca pensé que estaría tan feliz de ver estas vallas —dijo Thomas.

—Nunca dijiste —habló Andrew, volviéndose hacia Rick y el grupo—, ¿cómo diablos entraron aquí en primer lugar?

—Hice un agujero en esa valla de alla junto a la torre de vigilancia —explicó Daryl.

—Así de fácil, ¿eh? —preguntó Andrew.

—Donde hay voluntad hay un camino —dijo Daryl.

—Fácil para ti decirlo.

—Entonces, ¿qué es esto, como una enfermedad? —preguntó Big Tiny.

—Sí —dijo Rick—. Y todos estamos infectados.

—¿Qué quieres decir con infectados? —preguntó Axel—. ¿Como el SIDA o algo así?

—Si fuera a matarte y te disparo una flecha en el pecho, volverías como una de esas cosas —dijo Daryl—. Nos va a pasar a todos.

—No es posible que este intento de Robin Hood sea el responsable de matar a todos estos fenómenos —dijo Thomas.

—Debe haber 50 cuerpos aquí afuera —dijo Andrew.

—¿De dónde vienen? —preguntó Thomas.

—Atlanta —respondió Lara.

—¿A dónde se dirigen?

—Por ahora, a ningún lado —respondió Rick.

Thomas no pareció impresionado—. Creo que pueden tomar esa área cerca del agua. Debe ser cómodo.

—Estamos usando ese campo para cultivos —respondió Lara.

—Te ayudaremos a mover tus cosas.

—Eso no será necesario —dijo Rick—. Nos encargamos de estos caminantes. Esta prisión es nuestra.

—Tranquilo, vaquero —dijo Thomas.

—Tú abriste las cerraduras de nuestras puertas —dijo Andrew.

—Les daremos nuevas cerraduras, si eso es lo que quieren —ofreció Rick.

—Esta es nuestra prisión —replicó Thomas—. Estábamos aquí primeros.

—Sí, porque te arrestaron el trasero —murmuró Lara.

—¿Encerrado en el armario de limpieza? —preguntó Rick—. Nosotros la tomamos, te dejamos libre. Es nuestra. Derramamos sangre.

—Vamos a regresar a nuestro bloque de celdas —respondió Thomas.

—Vas a tener que conseguir el tuyo —dijo Rick.

DANGER ZONE | Daryl Dixon ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora